Cartas al director

Pisando fuerte

Hace un mes fui asaltada y robada, a punta de navaja, por dos individuos a la puerta de mi casa. Ya es la tercera vez que me roban con violencia por la calle, sin contar las veces que me han sustraído la cartera limpiamente.Aunque los trastornos económicos que esto significa (cambio de cerradura de puerta blindada, dinero en efectivo y demás efectos personales) son bastantes, los trastornos psicológicos son mucho más importantes. Rabia, ira, impotencia y una tremenda sensación de miedo es lo que siento, y tardo mucho tiempo en volver a salir a la calle con una cierta tranquilidad.
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Hace un mes fui asaltada y robada, a punta de navaja, por dos individuos a la puerta de mi casa. Ya es la tercera vez que me roban con violencia por la calle, sin contar las veces que me han sustraído la cartera limpiamente.Aunque los trastornos económicos que esto significa (cambio de cerradura de puerta blindada, dinero en efectivo y demás efectos personales) son bastantes, los trastornos psicológicos son mucho más importantes. Rabia, ira, impotencia y una tremenda sensación de miedo es lo que siento, y tardo mucho tiempo en volver a salir a la calle con una cierta tranquilidad.

Tengo la sensación de que a nadie le importa que se me maltrate: no ha pasado nada con mis agresores, aunque sí conmigo:

1. Tuve que ir dos días a la comisaría hasta que logré poner la denuncia (después de esperar tres horas).

2. Al ir a solicitar el carné de identidad me comunicaron que tenía una penalización de 750 pesetas; No me lo podía creer, y al decirle al funcionario que "cómo era posible que me multaran por un carné que me habían robado", me contestó: "Proteste al ministro de Justicia".

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Así lo he hecho, pero mientras espero contestación no puedo por menos que pensar en que si me hubieran enseñado a robar en lugar de a trabajar, ahora sería yo la que iría pisando fuerte por la calle.-

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