Surrealismo político andaluz

Como en el famoso filme surrealista de Buñuel Un perro andaluz, las últimas elecciones celebradas en Andalucía han dibujado un panorama político donde lo que parece ser no es y lo que es no parece ser.Me explico. Tras estos comicios, en el Parlamento andaluz hay una mayoría de izquierdas, pero sin haberla, porque de las dos izquierdas que forman esa mayoría, una de ellas (la más votada), al parecer de la otra, carece de esa sustancia ideológica. Es así que la izquierda esencial (minoritaria), por serlo, y teniendo matemáticamente la llave del gobierno de la Junta, ha decidido establecer...

Como en el famoso filme surrealista de Buñuel Un perro andaluz, las últimas elecciones celebradas en Andalucía han dibujado un panorama político donde lo que parece ser no es y lo que es no parece ser.Me explico. Tras estos comicios, en el Parlamento andaluz hay una mayoría de izquierdas, pero sin haberla, porque de las dos izquierdas que forman esa mayoría, una de ellas (la más votada), al parecer de la otra, carece de esa sustancia ideológica. Es así que la izquierda esencial (minoritaria), por serlo, y teniendo matemáticamente la llave del gobierno de la Junta, ha decidido establecer una nueva especie de vengativo despotismo: gobernar desde el Parlamento, repartiendo el poder institucional a diestra y siniestra (?), anulando así al poder ejecutivo. Además, ha dispuesto marcar sus directrices políticas al Gobierno de la nación, porque, si no es de ese modo, no habrá separación de poderes en Andalucía durante toda la legislatura.

Mientras tanto, la derecha ve con una especie de complacencia sibilina todo ese alucinante juego político, que esperemos sólo sea el producto de una prolongada resaca poselectoral. De otra manera habremos de concluir que no hay un solo político que sepa descifrar los mensajes de sus electores.-