Tribuna:

Fácil, como los grandes

Brasil jugó con total comodidad un partido que tuvo que ir acomodando a su gusto con paciencia. ¡Con dificultades de elaboración al comienzo terminó en fiesta con todo el repertorio de su tradición.

Sin el balón. De atrás hacia adelante se arman los equipos, dice una verdad del fútbol, que este Brasil sigue al pie de la letra. Aldair y Marcio Santos le dieron solidez al fondo. Además, Mauro Silva jugó entre los dos, un poco más adelantado. Eso permitió la subida de los laterales con más confianza y frecuencia todavía. Camerún amontonó mucha gente atrás y esperó en zona. Complicó ...

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Brasil jugó con total comodidad un partido que tuvo que ir acomodando a su gusto con paciencia. ¡Con dificultades de elaboración al comienzo terminó en fiesta con todo el repertorio de su tradición.

Sin el balón. De atrás hacia adelante se arman los equipos, dice una verdad del fútbol, que este Brasil sigue al pie de la letra. Aldair y Marcio Santos le dieron solidez al fondo. Además, Mauro Silva jugó entre los dos, un poco más adelantado. Eso permitió la subida de los laterales con más confianza y frecuencia todavía. Camerún amontonó mucha gente atrás y esperó en zona. Complicó a Brasil durante varios minutos, pero no le hizo perder la paciencia. La línea de fondo intentó algunas veces el achique pero no lo dominaba y terminó dando ventajas.

El toque. Zinho no anda bien, Mauro Silva retrasado y Dunga, que está para otras labores, dejaban solo a Raí para la gestación. De todos modos Brasil llegaba porque tenía desborde con Jorginho y Leonardo. Y categoría para seguir insistiendo hasta que las cosas mejoraran.

Grandes y pequeños. El equipo brasileño no jugó bien en el primer tiempo, pero sólo por categoría y personalidad superó a la selección de Camerún, que no atinó a otra cosa que defenderse agrupadamente.

Leonardo. El mejor jugador de Brasil durante todo el partido, inclusive en los momentos atascados. Capacidad para tocar, desbordar y aire para volver y defender.

Romario. Es el mejor definidor del mundo. Si le dan un balón en condiciones termina en la red. Cada gol es un ejemplo de que lo que debe hacerse.

Milla. Jugó unos minutos y es admirable su participación en un mundial a los 42 años. Hizo un par de cosas que delatan el gran talento que tuvo.

La historia y el presente. Hubo equipos de Brasil volcados totalmente hacia el talento y la alegría: el del 70 y el 82, por ejemplo. Otros que jugaron contra la historia: el del 78 y el 90. Este Brasil está en el medio. La presencia de Mauro Silva y Dunga juntos, desnuda una intención protectora; la de Raí, Zinho, Bebeto y Romario, es la otra cara que presenta Parreira. El resumen dice que es más sólido y menos brillante. Se afirma atrás y confía en la inspiración que siempre llega. De todos modos, no termina de complacer los sueños de gran equipo.

Camerún. Asumió su papel de equipo pequeño y quiso protegerse. Terminó goleado y de rodillas.

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