Los pactos inquietan a los barones regionales

El pacto del Gobierno con CiU añade a los líderes regionales socialistas una inquietud a la producida por el desastre sufrido en las elecciones europeas del pasado domingo. Sólo en dos de las ocho comunidades autónomas en las que gobiernan los socialistas, éstos obtuvieron la victoria y en precario: Andalucía y Extremadura. En las seis restantes el resultado fue desastroso: desde Madrid, la comunidad gobernada por Joaquín Leguina, donde los populares superaron a los socialistas por 27 puntos a Castilla-La Mancha, el bastión presidido por José, Bono, donde el PSOE quedó a 10 puntos del PP, gana...

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El pacto del Gobierno con CiU añade a los líderes regionales socialistas una inquietud a la producida por el desastre sufrido en las elecciones europeas del pasado domingo. Sólo en dos de las ocho comunidades autónomas en las que gobiernan los socialistas, éstos obtuvieron la victoria y en precario: Andalucía y Extremadura. En las seis restantes el resultado fue desastroso: desde Madrid, la comunidad gobernada por Joaquín Leguina, donde los populares superaron a los socialistas por 27 puntos a Castilla-La Mancha, el bastión presidido por José, Bono, donde el PSOE quedó a 10 puntos del PP, ganador por primera vez.Todo ello sucede a menos de un año de la convocatoria de las elecciones municipales y autonómicas. Algunas de estas regiones han sido auténticos baluartes socialistas desde que a comienzos de la década de los ochenta de inició el proceso autonómico en España: Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Asturias.

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Algunos de los presidentes autonómicos socialistas afectados por el resultado del pasado domingo han levantado la voz a favor del giro a la izquierda. Es el caso de José Marco, guerrista y presidente de Aragón, que se encontró con que los socialistas de su región quedaron a 17 puntos de los populares.

Otros presidentes, felipistas como Joan Lerma y José Bono, mantienen una actitud discreta porque saben que el jefe del Ejecutivo no tiene otra opción de Gobierno que el pacto con CiU a sabiendas que repercute negativamente en su política autonómica cuando falta menos de un año para tratar de revalidar su mandato. El caso más emblemático es el de Manuel Chaves, en Andalucía, que tiene que gobernar mirando a IU, mientras Felipe González, desde La Moncloa, mira a CiU.

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