Cartas al director

Carnet de conducir

La Jefatura de Tráfico de Madrid se ha visto en la necesidad de tener que apretar tensamente el cinturón de seguridad de los nuevos aspirantes al carné de conducir, principalmente a los jóvenes entre 18 y 25 años. Las altas cifras de accidentes mortales en carretera del pasado año, ligadas en su mayor parte a la famosa ruta del bakalao, han incentivado a algunos examinadores de la jefatura a adoptar una actitud grosera e impertinente con los jóvenes a la hora del examen práctico.Tengo 24 años, y hace tres semanas me examiné del mencionado examen. Gracias a la actitud grotesca y o...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Jefatura de Tráfico de Madrid se ha visto en la necesidad de tener que apretar tensamente el cinturón de seguridad de los nuevos aspirantes al carné de conducir, principalmente a los jóvenes entre 18 y 25 años. Las altas cifras de accidentes mortales en carretera del pasado año, ligadas en su mayor parte a la famosa ruta del bakalao, han incentivado a algunos examinadores de la jefatura a adoptar una actitud grosera e impertinente con los jóvenes a la hora del examen práctico.Tengo 24 años, y hace tres semanas me examiné del mencionado examen. Gracias a la actitud grotesca y ordinaria de la examinadora, señorita "equis" (de origen canario), suspendí. Fue un suspenso calculado; 15 minutos de provocaciones y sarcasmo por parte de la señorita "equis", y cuyas últimas palabras fueron las siguientes: "¡Y deja de una puta vez de dar al embrague!".

Un vocabulario tan vulgar estaba fuera de lugar, y pienso que cualquier ser humano, independientemente de la edad, se merece un poco más de respeto de la persona que te va a examinar. Fue un juicio humillante e irrespetuoso.

A la semana siguiente me examiné y aprobé gracias a la profesionalidad del examinador. Me resulta incomprensible e intolerable cómo personas con las características de la señorita "equis" puedan ejercer a diario su poder de manera tan indignante.

Sigo haciéndome la misma pregunta una y otra vez: "Si la jefatura no lleva un control más profundo de la profesionalidad de sus examinadores, ¿cómo pueden esperar que los ciudadanos confíen y acepten el actual sistema de evaluación?".-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En