De la Rosa afirma que él representaba a KIO en las juntas del Grupo Torras

El ex vicepresidente del Grupo Torras, Javier de la Rosa, negó ayer en declaraciones a Onda Cero que hubiera tomado decisiones sin autorización de KIO, principal accionista del grupo. El financiero aseguró que no hubo "ni una sola reunión en la cual estos señores o no estuvieran o no delegaran habiendo dado instrucciones anteriormente".

Estas afirmaciones de De la Rosa contradicen las de los interventores judiciales de la suspensión de pagos de Torras, quienes en su informe remitido al juez revelan un funcionamiento atípico de los órganos directivos de la sociedad (ver EL PAÍ...

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El ex vicepresidente del Grupo Torras, Javier de la Rosa, negó ayer en declaraciones a Onda Cero que hubiera tomado decisiones sin autorización de KIO, principal accionista del grupo. El financiero aseguró que no hubo "ni una sola reunión en la cual estos señores o no estuvieran o no delegaran habiendo dado instrucciones anteriormente".

Estas afirmaciones de De la Rosa contradicen las de los interventores judiciales de la suspensión de pagos de Torras, quienes en su informe remitido al juez revelan un funcionamiento atípico de los órganos directivos de la sociedad (ver EL PAÍS de ayer). Los firmantes de este documento califican de "singular" que el "consejo de administración de Grupo Torras en reunión a la que solamente asisten siete componentes del Consejo haga uso de las facultades discrecionales que le ha concedido la junta general celebrada horas antes y emita 2.375.000 acciones, a su valor nominal, sin prima de emisión alguna; que se haga constar que todos los accionistas, incluso quien acababa de suscribir acciones al 1.700%, renuncian a su derecho preferente y, en el mismo acto, adjudique las acciones a su valor nominal a une tercera sociedad domiciliada en Amsterdam (Holanda)".

En el mismo sentido, otro pasaje del documento se refiere a un consejo, celebrado en España el 13 de diciembre de 1989, en el que se aprobaron nuevas inversiones en empresas químicas y papeleras, cuando quince días antes, en Londres, se había aprobado precisamente desinvertir en esos sectores.

El informe imputa a los ex gestores de Torras ocultar sistemáticamente la realidad del grupo, que ya era "extraordinariamente delicada" en 1990.

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