Hollywood, cantera de la filosofía pragmática

¿Es capaz la televisión de incorporar los grandes temas del pensamiento?", se pregunta Antonio Jimeno, profesor de Sociología, uno más de entre el público asistente al debate en el CSIC sobre la mediación o perversión de la filosofía a través de la prensa.Dejó la respuesta abierta, pero adelantó que ese medio lo tiene muy difícil. Surge esta cuestión, según él, "porque mientras controlamos más o menos fácilmente los contenidos de la prensa, es mucho más difícil controlar el discurso de los medios au-diovisuales".

"¡Claro!", añade el escritor Gabriel Albiac, que se considera radicalmente...

¿Es capaz la televisión de incorporar los grandes temas del pensamiento?", se pregunta Antonio Jimeno, profesor de Sociología, uno más de entre el público asistente al debate en el CSIC sobre la mediación o perversión de la filosofía a través de la prensa.Dejó la respuesta abierta, pero adelantó que ese medio lo tiene muy difícil. Surge esta cuestión, según él, "porque mientras controlamos más o menos fácilmente los contenidos de la prensa, es mucho más difícil controlar el discurso de los medios au-diovisuales".

"¡Claro!", añade el escritor Gabriel Albiac, que se considera radicalmente sectario en su relación contra la Televisión. "Estamos ante un medio que es una máquina de producción y representación de la realidad, ante una fábrica de espectáculo y no de información". Para Albiac, lo malo es que por la prensa hay que pagar y, sin embargo, todavía hay muchas televisiones gratuitas. "Soy partidario, por todo ello, de apoyar la televisión por cable".

El problema que plantea la televisión es que se trata de un medio que ofrece paradigmas únicos a todo el universo, incluso a aquellos que no saben leer. "Estamos ante el primer negocio del mundo que tiene un ámbito global", señala Juan Cueto. Y lo peor es que en este tráfico "los contenidos nos llegan siempre del mismo lugar, de Estados Unidos".

Reyes Mate, director del Instituto de Filosofía del CSIC, se centró en los problemas que plantean al pensador tanto los medios audiovisuales como escritos, debido al tiempo, al lenguaje y a la selección de los temas.