No tan cándido

El ciudadano Méndez estudió tanto en los franciscanos que se le quedó la cara de fraile y una paciencia infinita para negociar con los hermanos lobos -unos más hermanos y otros más lobos- del sindicato, la patronal y. el Gobierno. Un botón de muestra: en ninguna ejecutiva presidida por Cándido Méndez -desde 1980 a 1986 fue secretario general de UGT en Jaén, y desde entonces hasta ahora en Andalucía- fue necesario votar una resolución, tal era el grado de consenso interno. Y otro más: cuando años atrás en toda España, sindicalistas, empresarios y ministros del PSOE andaban insultándose por las ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El ciudadano Méndez estudió tanto en los franciscanos que se le quedó la cara de fraile y una paciencia infinita para negociar con los hermanos lobos -unos más hermanos y otros más lobos- del sindicato, la patronal y. el Gobierno. Un botón de muestra: en ninguna ejecutiva presidida por Cándido Méndez -desde 1980 a 1986 fue secretario general de UGT en Jaén, y desde entonces hasta ahora en Andalucía- fue necesario votar una resolución, tal era el grado de consenso interno. Y otro más: cuando años atrás en toda España, sindicalistas, empresarios y ministros del PSOE andaban insultándose por las esquinas, en Andalucía -y a pesar de la desindustrialización que afecta a la región- los mismos interlocutores disfrutaban una paz idílica. Tan es así que la convocatoria de dos huelgas generales en el país coincidió en el tiempo con cuatro acuerdos de concertación de los grandes. sindicatos con el gobierno andaluz. Cándido Méndez es pues, y en esto coinciden partidarios y detractores, un fanático del diálogo; un cocinero convencido de que el fuego lento de la conversación -que él aviva convenientemente con unas cucharaditas de razón, una pizca de retranca y grandes dosis de ironía política- tiene la virtud de ablandar las negociaciones más duras. Cándido Méndez tiene la biografía de un hombre corriente. Nació hace 42 años en Badajoz, y ya a los tres oía las jotas roncas de Jaén en Campillo del Río, un pueblo de colonización donde su padre -también Cándido, también socialista: él y Alfonso Guerra le dieron cuerpo al PSOE- trabajaba de capataz. Luego de estudiar en los franciscanos y en el Instituto Virgen del Carmen, Cándido Méndez se graduó en Madrid de perito químico. Y se fue a Granada: más que para estudiar Historia, por estar junto a su novia Encama, . con la que se casó y tuvo dos hijos: Joaquín y Cándido. Éste se vestirá de blanco el 9 de mayo en Sevilla para recibir la primera comunión. A su padre ya lo pusieron verde ayer en Madrid, el día que Redondo le entregó el sindicato y un pecado original de tres letras: PSV.

Más información

Archivado En