Cartas al director

ÉRASe una vez...,

Dado que tengo la suerte de ser una persona trabajadora y que, por tanto, dispongo de muy poco tiempo para realizar cualquier gestión personal, se me ocurrió la brillante idea (eso pensaba) de dirigirme a una de esas oficinas que se hacen denominar cámaras de propietarios (signifique esto lo que signifique), llamada ERAS, sita en la calle de Narváez, 12 (a pesar de que en dicha comunidad de propietarios está prohibida la instalación de oficinas), donde, tras explicar el tipo de vivienda que necesitaba y previo pago de 17.000 pesetas, se me aseguró que me podrían dar información diaria sobre vi...

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Dado que tengo la suerte de ser una persona trabajadora y que, por tanto, dispongo de muy poco tiempo para realizar cualquier gestión personal, se me ocurrió la brillante idea (eso pensaba) de dirigirme a una de esas oficinas que se hacen denominar cámaras de propietarios (signifique esto lo que signifique), llamada ERAS, sita en la calle de Narváez, 12 (a pesar de que en dicha comunidad de propietarios está prohibida la instalación de oficinas), donde, tras explicar el tipo de vivienda que necesitaba y previo pago de 17.000 pesetas, se me aseguró que me podrían dar información diaria sobre viviendas que respondieran a las características solicitadas (dos dormitorios, exterior, vacía, en buen estado y en una zona y precio determinados), además del conocimiento tanto de los propietarios como de las viviendas que aparecían en su base de datos.Tras la ardua labor que supone ponerse en contacto con ellos y después de días de recibir información sobre viviendas que no cumplían las características solicitadas, de interminables recorridos por Madrid y permisos especiales en el trabajo para ir a visitarlas, siempre m e encontraba con lo mismo, viviendas (por llamarlo de alguna manera) en estados deplorables, fuera de la zona estipulada, fuera de precio, interiores...

Así pues, y sin dejar pasar más tiempo, decido reclamar el dinero que he pagado por un servicio que no pueden darme. Y comienzan los problemas.

1. No pueden darme el nombre de un responsable con el que ponerme en contacto.

2. Consigo el nombre de esta persona (tras largas discusiones y varios desplazamientos).

3. Puesta en contacto con el responsable, no puede hacer nada. Debo escribir una carta.

4. Envío carta certificada. Debo esperar respuesta del director.

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5. No hay respuesta. Vuelvo a contactar con el responsable. Me da un teléfono del director donde sólo le puedo localizar los viernes por la tarde.

6. Teléfono de una casa particular; nadie lo conoce...

7. En sus folletos aseguran su conexión con Ibertex.

8. En el servicio Ibertex no aparecen. Nunca oyeron hablar de esta empresa.

He perdido 17.000 pesetas; pero que esta carta sirva para que otros posibles incautosr como yo, que busquen una vivienda, se alejen lo más posible de cualquier oficina ERAS (Centro de Información Inmobiliaria de Madrid), si es que no quieren perder su tiempo y su dinero, además de la paciencia.-

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