Cartas al director

El milagro del mestizaje

He leído con mucha atención el artículo escrito por don Enrique Krauze titulado El milagro del mestizaje, publicado el 3 de marzo. Allí se hace alusión al pueblo mapuche (que lo denomina araucano). Me referiré de manera específica a esa parte del artículo. Observo un conjunto de intencionalidades que no hace más que continuar sustentando una visión errada de la realidad indígena en Chile, y específicamente sobre los mapuches. Cita a una chilena: "Bonita raza la nuestra; nos salvamos de la enfermedad racial que padecen ustedes y el Perú". Es una cita tan ambigua que no da seriedad al art...

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He leído con mucha atención el artículo escrito por don Enrique Krauze titulado El milagro del mestizaje, publicado el 3 de marzo. Allí se hace alusión al pueblo mapuche (que lo denomina araucano). Me referiré de manera específica a esa parte del artículo. Observo un conjunto de intencionalidades que no hace más que continuar sustentando una visión errada de la realidad indígena en Chile, y específicamente sobre los mapuches. Cita a una chilena: "Bonita raza la nuestra; nos salvamos de la enfermedad racial que padecen ustedes y el Perú". Es una cita tan ambigua que no da seriedad al artículo, sino más bien es un intento de justificación a las ideas del propio escritor.Los mapuches somos 1,35 millones de personas que vivimos dentro de las jurisdicciones estatales chilena y argentina. Seguimos practicando nuestra cultura, así como reafirmando nuestros derechos, que se nos han negado durante la invasión española y, la posterior constitución de los Estados chileno y argentino; nos han impuesto una supuesta nacionalidad que no tiene correspondencia con nuestra realidad histórico-cultural. La nación chilena no existe. Lo que existe es un Estado uniformante y totalizante que niega las nacionalidades originarias; situación similar ocurre en todo el continente de Abya-Yala (América).

A excepción de los Estados de Cuba y Uruguay, en donde los pueblos indígenas los han exterminado, ningún Estado se ha salvado de la enfermedad racial que el autor cita. La realidad indígena es un conflicto adormecido por las diversas políticas externas. Urge entonces, a partir de esa realidad, hacernos un llamamiento indígena y no indígena para superar los conflictos que tienen sus raíces desde la era colonial, pero habrá que concurrir con una mentalidad distinta para encontrar soluciones al futuro indígena.

Mi nombre es Aulcan Huilcaman Paillama y soy de la comunidad mapuche de Collinge, en donde se practica vida mapuche, y que cada vez retorna con más fuerza su identidad e impulsa una creciente iniciativa en la restitución de los derechos de que nos han privado. Y las respuestas que seguimos teniendo por parte de los Estados y de sus sistemas judiciales, que no tienen relación con la realidad histórica, es que hoy nos acusan y condenan con los cargos de asociación llícita y usurpación de tierra. Cualquier persona medianamente ilustrada sobre la historia de América distinguirá claramente quiénes son los verdaderos usurpadores y quiénes son realmente ilícitos en nuestro territorio.

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Los hechos suscitados en el sur de México como las recuperaciones de tierras impulsadas por las comunidades mapuches evidencian patéticamente que la supuesta enfermedad racial no ha sido tratada en dignidad, en justicia y derecho, lo que sin duda es un desafilo para la humanidad.

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