XXXIII CONGRESO DEL PSOE

Los renovadores se rebelan contra Benegas

Los sublevados delegan en Solchaga para impedir que González ceda al pulso de Guerra

En el 33º Congreso Federal del PSOE se cumplió a rajatabla la liturgia de todos los congresos socialistas. Llegó la madrugada y no había acuerdo para formar la comisión ejecutiva. Durante muchas horas se habló de excluir a los guerristas y surgieron ciertos reproches al secretario general, Felipe González, por no plantar cara a Alfonso Guerra y permitir que durante tantas horas le mantuviera en jaque. Al final, los renovadores acudieron al presidente del grupo parlamentario, Carlos Solchaga, ajeno durante el precongreso a las negociaciones, para que se presentara ante González y le persuadiese...

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En el 33º Congreso Federal del PSOE se cumplió a rajatabla la liturgia de todos los congresos socialistas. Llegó la madrugada y no había acuerdo para formar la comisión ejecutiva. Durante muchas horas se habló de excluir a los guerristas y surgieron ciertos reproches al secretario general, Felipe González, por no plantar cara a Alfonso Guerra y permitir que durante tantas horas le mantuviera en jaque. Al final, los renovadores acudieron al presidente del grupo parlamentario, Carlos Solchaga, ajeno durante el precongreso a las negociaciones, para que se presentara ante González y le persuadiese de que mantuviera una posición firme. La pelea se centró en la exigencia de los guerristas, para no romper la baraja, de que Txiki Benegas se mantuviera como número tres.

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Esta exigencia confrontaba con la propuesta de González de que Carmen Hermosín, secretaria provincial de Sevilla, ocupara la secretaría de organización. Pasada la media tarde, Benegas aceptaba ceder ese puesto a Nicolás Redondo Terreros. Personas de la negociación aseguraban que todo eran cartas trucadas y candidatos imposibles y que al final, ya en el alba, surgiría el tapado. Si se trataba de un político de nivel medio, ocuparía estrictamente la secretaría de organización; si por el contrario emergía un peso pesado, como Joaquín Almunia, sería el número tres del partido.Los más de 800 delegados no se enteraron de nada de esto durante la larga jornada del sábado. Iban y venían a las comisiones y debatían con un nivel de acuerdo muy importante las políticas de bienestar, empleo y proyectos para la sociedad. Las Cuotas de poder se dilucidaban en la tercera planta del Palacio de Exposiciones y Congresos, herméticamente vetada para la inmensa mayoría. Durante las primeras horas actuaron de negociadores con Benegas los miembros de la comisión a la que cuatro días antes del congreso Felipe González había encomendado esa misión en una reunión en el Palacio de la Moncloa: Manuel Chaves, Joan Lerma, José Luis Corcuera, y Juan Carlos Rodríguez Ibarra. La pelea de los guerristas estuvo centrada en mantener para Benegas el puesto número tres en el orden jerárquico del partido, sin que fuera imprescindible llevar aparejada la secretaría de organización. Ante la oposición de los renovadores, que presentaban como alternativa a Carmen Hermosín, Benegas sacó la carta de Nicolás Redondo Terreros, secretario general de Vizcaya. Algo igualmente inaceptable para los renovadores. Personas presentes en la negociación aseguran que la táctica guerrista consistía en consumir horas y horas para cansar al contrario y finalmente llegar a un acuerdo en torno a una persona menos significada en la lucha política de uno y otro sector.

Como los guerristas resistían impávidos, los renovadores, conscientes de esta jugada y nerviosos porque González no le ponía fin, fueron en busca de Carlos Solchaga, presidente del Grupo Parlamentario Socialista, para que en nombre de los renovadores, además de las federaciones más pequeñas, hablara con el secretario general del PSOE y le convenciera para que no cediera "al chantaje de los guerristas", según personas que siguieron todo el proceso. Solchaga, visiblemente satisfecho por el encargo recibido, ya que había estado ajeno al frenesí de la etapa precongresual, cumplió su cometido. Habló con unos y con otros, pero a la una de la madrugada reconocía que se había decretado un alto el fuego para barajar de nuevo las cartas.

Ninguno de los protagonistas aparecieron por el vestíbulo del Palacio de Congresos madrileño ni se dejaron ver en público durante toda la jornada. González y Guerra abandonaron sus respectivos despachos a media tarde, para sentarse en el plenario y asistir a la defensa de algunas enmiendas, además de presenciar y aplaudir salutaciones de invitados extranjeros. Sus representantes llevaban la negociación.

Las fuentes informantes aseguran que Benegas, pasadas las once de la noche, abandonó el edificio, y que lo mismo hizo en dirección contraria Carlos Solchaga, para despejarse y regresar a la negociación en la madrugada.

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El desasosiego de unos y otros era evidente. Para los guerristas, su propuesta de que Alfonso Guerra, Txiki Benegas y Francisco Fernández Marugán ocuparan puestos de relevancia en la nueva ejecutiva no era desmesurada en relación con la avalancha de renovadores que a partir de hoy ocuparán la dirección del partido. Para los renovadores, si además de Guerra y Fernández Marugán, se mantenía a Benegas como número tres, González habría perdido el congreso y la imagen de renovación sería nula.

Propuestas para una dirección

Las federaciones del PSOE han elevado una serie de nombres para la próxima Ejecutiva Federal, que se recogen en la siguiente lista, provisional. Este órgano de dirección pasará previsiblemente de 31 a 35 miembros. En letra negrita figuran quienes no estaban en la actual Ejecutiva.SECRETARÍA PERMANENTE

-Ramón Rubial, de 87 años. Presidente del partido.

-Felipe González, 52. Secretario general y presidente del Gobierno.

-Alfonso Guerra, 53. Vicesecretario general.

-Carmen Hermosín, 45. Presidenta del PSOE de Sevilla.

-Txiki Benegas, 45. Secretario de organización.

-Joaquín Almunia, 45. Diputado.

-Alejandro Cercas, 44. Secretario de movimientos sociales.

-Francisco Fernández Marugán, 47. Secretario de asuntos económicos.

-Raimon Obiols, 52. Primer secretario del PSC.

-Jesús Quijano, 43. Secretario general de Castilla y León.

-Josefa Pardo, 43. Diputada.

-Abel Caballero, 47. Secretario de política institucional. Es un nombre dudoso.

VOCALES

-Narcís Serra, 50. Vicepresidente del Gobierno

-Javier Solana. 51. Ministro de Asuntos Exteriores.

-Juan Manuel Eguiagaray, 48. Ministro de Industria.

-José Antonio Griñán, 47. Ministro de Trabajo.

-Manuel Chaves, 48. Presidente andaluz.

-Juan Carlos Rodríquez Ibarra, 46. Presidente de Extremadura.

-Jerónimo Saavedra, 57. Ministro para las Administraciones Públicas.

-Joan Lerma, 42. Presidente de la Generalitat valenciana.

-José Bono, 43. Presidente de Castilla-La Mancha.

-Joaquín Leguina, 52. Presidente de la Comunidad de Madrid.

-Ramón Jáuregui, 45. Secretario general de los socialistas del País Vasco.

-Ludolfo Paramio, 45. Presidente de la Fundación Pablo Iglesias.

-Jesús Caldera, 36. Diputado.

-Luis Martínz Noval, 45. Diputado.

-Javier Barrero, 44. Diputado.

-José Ángel Fernández Villa, 50. Líder del SOMA-UGT. Es otro de los candidatos en discusión.

-Nicolás Redondo Terreros, 34. Secretario del PSOE en Vizcaya.

-Patrocinio de las Heras, 49. Concejal de Madrid.

-Ana María Ruiz-Tagle, 49. Directora de la Agencia de Cooperación Internacional.

-Isabel Alberdi, 44. Diputada.

-Manuela de Madre, 39. Alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet.

-Francisca Sauquillo, 50. Senadora.

-Teresa Riera, 43. Diputada balear.

-Begoña Gómez-Marco, 42. Diputada valenciana.

-Blanca García Manzanares, 47 años. Diputada.

-Ana Urchueguía, de 41 años. Alcaldesa de Lasarte.

-Carlos Solchaga, de 49 años. Es miembro de la ejecutiva como presidente del Grupo Parlamentario, con voz, pero sin voto.

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