Una fórmula similar a la reforma española

El Contrato de Inserción Profesional (CIP) es un contrato de trabajo por seis meses, renovable por otros seis, que las empresas francesas pueden ofrecer a jóvenes de 16 a 25 años que no hayan tenido nunca un primer trabajo. Las empresas interesadas deben, previamente, firmar un convenio con el Estado por el que se comprometen a proporcionar un tutor al joven empleado. La función del tutor será detallada en un decreto a aparecer dentro de dos semanas.El sueldo será, en el caso de los universitarios, igual al salario mínimo interprofesional o al 80% del salario fijado en el convenio de la empres...

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El Contrato de Inserción Profesional (CIP) es un contrato de trabajo por seis meses, renovable por otros seis, que las empresas francesas pueden ofrecer a jóvenes de 16 a 25 años que no hayan tenido nunca un primer trabajo. Las empresas interesadas deben, previamente, firmar un convenio con el Estado por el que se comprometen a proporcionar un tutor al joven empleado. La función del tutor será detallada en un decreto a aparecer dentro de dos semanas.El sueldo será, en el caso de los universitarios, igual al salario mínimo interprofesional o al 80% del salario fijado en el convenio de la empresa; para los jóvenes sin estudios superiores (los más afectados por el paro), el sueldo podrá variar entre un 50% y un 80% del salario mínimo, fijado actualmente en 5.886 francos brutos mensuales (141.264 pesetas al cambio actual).

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Las condiciones del CIP pueden ser interpretadas de dos formas muy distintas. Según el Gobierno francés, se trata simplemente de romper un círculo vicioso (sin experiencia laboral no se encuentra empleo, sin empleo no se tiene experiencia laboral) abaratando para las empresas la contratación de jóvenes, por un tiempo limitado (un año) y con garantías de formación (presencia de un tutor).

Esos argumentos del Gobierno francés son parecidos a los dados por el Ejecutivo español para defender el contrato de aprendizaje, en vigor desde enero. El CIP y la relación laboral de aprendiz son muy similares, salvo que en el modelo francés el tiempo máximo se limita a un año y los aprendices pueden tener ese tipo de contrato durante un período de tres años.

Según los sindicatos y las organizaciones estudiantiles francesas, en cambio, el CIP equivale a establecer un salario mínimo juvenil, inferior al fijado para los mayores de 25 años. Además de discriminatorio, creen que será contraproducente porque por cada contratación de un joven se despedirá a un trabajador adulto.

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