"Pencak silat", un raro arte marcial, llega a la Universidad

Los movimientos de combate se inspiran en animales como el tigre, el mono o el dragón

Pencak silat significa en idioma malayo, más o menos, lado físico + lado espiritual. La palabra designa un arte marcial aún poco conocido en España, procedente de Indonesia, que conjuga la música, la danza, movimientos inspirados en animales reales o mitológicos de la jungla asiática (tigre, mono, búfalo o dragón) con meteóricos ataques y contraataques con arma o sin ella. Ayer, un centenar de jóvenes universitarios residentes del colegio mayor Nuestra Señora de África presenciaron una exhibición a cargo de 12 campeones españoles.El pencak silat tiene una parte deportiva, ...

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Pencak silat significa en idioma malayo, más o menos, lado físico + lado espiritual. La palabra designa un arte marcial aún poco conocido en España, procedente de Indonesia, que conjuga la música, la danza, movimientos inspirados en animales reales o mitológicos de la jungla asiática (tigre, mono, búfalo o dragón) con meteóricos ataques y contraataques con arma o sin ella. Ayer, un centenar de jóvenes universitarios residentes del colegio mayor Nuestra Señora de África presenciaron una exhibición a cargo de 12 campeones españoles.El pencak silat tiene una parte deportiva, en la que se premia tanto la efectividad en el combate como la técnica en los movimientos, y otra cultural o personal, que importa mucho más a los practicantes. Este arte marcial es más una representación estética que una competición.

De hecho, es el único que precisa de música para desarrollarse. Juan Barrenechea, actualmente entrenador de este deporte y su mayor divulgador en España, era claro al explicar los elegantes movimientos de los luchadores: "Lo más importante es que la eficacia de la lucha se conjugue siempre con el mayor sentido estético posible". Una curiosa modalidad del pencak silat es la de técnica por parejas, en la que dos luchadores simulan una pelea con arma blanca.

Aquí se premia la coordinación entre la pareja, la plasticidad y la agilidad, y nunca la violencia pura. Predominan los movimientos lentos, alternados con fulgurantes saltos y encontronazos veloces. Un tigre atacaría así a su presa. "Es como una pequeña obra de teatro con dos personajes en la que todo -la caída del arma, su recuperación, los gestos- está ensayado", comenta Andoni Murguía, que fue campeón del mundo de esta especialidad por parejas en 1986.

Otra modalidad de este deporte, que cuenta en España con 20 escuelas, es la que se relaciona con el teatro de sombras. En este caso un grupo numeroso de luchadores prestan sus movimientos para que en una pared ilustren la vieja historia de guerreros y princesas que cuenta un narrador.

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