La ampliación de la UE abre una nueva batalla obre las aportaciones al presupuesto

Las negociaciones para la ampliación de la Unión Europea, que hoy entran en una fase decisiva, terminarán con una descomunal batalla presupuestaria, según aseguran fuentes de distintos Estados socios. Los cuatro países candidatos (Austria, Finlandia, Noruega y Suecia) serán contribuyentes netos al presupuesto comunitario, según todos los cálculos realizados por la Comisión Europea. Su aportación será del orden de unos 1.600 millones de ecus (unos 250.000 millones de pesetas) al año, cantidad que cada uno de los socios comunitarios quisiera distribuir de forma muy distinta, hasta el punto de qu...

Las negociaciones para la ampliación de la Unión Europea, que hoy entran en una fase decisiva, terminarán con una descomunal batalla presupuestaria, según aseguran fuentes de distintos Estados socios. Los cuatro países candidatos (Austria, Finlandia, Noruega y Suecia) serán contribuyentes netos al presupuesto comunitario, según todos los cálculos realizados por la Comisión Europea. Su aportación será del orden de unos 1.600 millones de ecus (unos 250.000 millones de pesetas) al año, cantidad que cada uno de los socios comunitarios quisiera distribuir de forma muy distinta, hasta el punto de que su reparto puede convertirse en el asunto más espinoso de la ampliación.Los cuatro candidatos cuentan con una larga lista de obstáculos para su integración en la UE, en los que apenas se han producido progresos durante los 15 meses de negociación, que deberá culminar el 28 de febrero.

Pero el capítulo potencialmente más conflictivo, en el que no se vislumbra todavía ningún tipo de consenso, es el del presupuesto. El Reino Unido no quiere acuerdo alguno sobre las perspectivas financieras de la Unión Europea antes de la ampliación. Según fuentes españolas, Londres desea que la contribución de los cuatro nuevos socios sea absorbida prácticamente por las actuales perspectivas financieras, aligerando así todo el conjunto de las políticas comunitarias.

Alemania quiere, en cambio, que las aportaciones netas sean utilizadas para disminuir su contribución al presupuesto, la mayor de la Unión. España ha asegurado que no piensa dar su aprobación a la ampliación de la Unión si no se produce antes un acuerdo sobre las perspectivas financieras. Los representantes españoles han manifestado también que en dicho reparto deberá contar como uno de los criterios fundamentales el mantenimiento de la política de cohesión.