Tráfico mostrara en sus anuncios a heridos graves por imprudencias en la conducción

Este año no habrá actores. Serán personas reales las que aparecerán en pantalla narrando cómo ocurrió el accidente culpable del traumatismo que las tiene postradas. La Dirección General de Tráfico confía en que esta estrategia, presentada por la agencia de publicidad Casadevall-Pedreño, cause un impacto tan eficaz como el conseguido en precedentes campañas de anuncios para persuadir a los conductores de que es saludable cumplir las normas de circulación.Las 16 agencias que concurrían este año al concurso convocado por la Dirección General de Tráfico para la campaña sobre seguridad vial proponí...

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Este año no habrá actores. Serán personas reales las que aparecerán en pantalla narrando cómo ocurrió el accidente culpable del traumatismo que las tiene postradas. La Dirección General de Tráfico confía en que esta estrategia, presentada por la agencia de publicidad Casadevall-Pedreño, cause un impacto tan eficaz como el conseguido en precedentes campañas de anuncios para persuadir a los conductores de que es saludable cumplir las normas de circulación.Las 16 agencias que concurrían este año al concurso convocado por la Dirección General de Tráfico para la campaña sobre seguridad vial proponían estrategias similares, pero la elección ha recaído en la presentada por Casadevall. Todas se han tenido que acomodar al pliego de condiciones del concurso, cuyo objetivo se dirige a reducir al máximo la accidentalidad por tráfico mediante "la concienciación de los usuarios sobre la necesidad de acomodar la conducción a las normas de circulación".

Tráfico perfiló el objetivo al hacer hincapié en que no podían faltar las referencias a velocidad y salida de la vía, alcohol y conducción, juventud y accidentes en fines de semana, cinturón de seguridad y casco. Pidió también que se incorporaran alusiones a peatones, ciclistas, y el binomio distracción-fátiga de los conductores, ya que se han detectado como factores de riesgo crecientes.

A partir de ahí, Casadevall-Pedreño ha diseñado una campaña, para 1994 que puede impactar más aún que la del año pasado. Si entonces se mezclaban planos de accidentes reales con recreaciones ficticias de sus consecuencias (parapléjicos por no usar casco, familiares muertos por conducir bajo los efectos del alcohol...), este año todo será de verdad.

Testimonios reales

Las personas que aparezcan en televisión, periódicos y revistas tendrán nombres y apellidos. Contarán que su paraplejia se debe a que no llevaban el cinturón abrochado cuando se vieron involucrados en un accidente. Sus quemaduras se atribuirán al incendio del vehículo con el que intentaron adelantar cuando no debían. Cegueras, parálisis, amputaciones y otros traumatismos similares desfilarán ante los teleespectadores y lectores como testimonios reales de lo que ocurre cuando no se conduce debidamente."Primero se puso énfasis en el momento del accidente (1992); después en el recuerdo del accidente (1993). Nosotros vamos a centrarnos en las consecuencias", afirma José María Piera, consejero delegado de Casadevall-Pedreño, la agencia adjudicataria de la campaña de este año que cuenta con un presupuesto de 2.000 millones.

"El salto es cualitativo", añade Piera. "Será traumático en función de la realidad". La selección de personajes va a ser dura. No es lo mismo hacer un casting entre actores que buscar en los hospitales heridos que se presten a relatar su experiencia. "Tenemos hecho parte del trabajo, pero hay que hacer más", afirma Piera. El publicitario cree que con ser eficaces estas campañas no lo son menos las medidas de Tráfico al imponer la obligación de llevar casco o el cinturón de seguridad abrochado.

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Un estudio realizado por Eco Consulting sobre la campaña precedente, realizada por la agencia Clarin, muestra que consiguió una elevada tasa de asimilación. Nueve de cada diez conductores identificó sus recomendaciones, entre las que recordaban las referentes a los límites de velocidad, los efectos del alcohol o el cinturón. En los últimos cuatro años, los muertos en carretera han descendido ininterrumpidamente, a pesar de haber crecido el parque de automóviles.

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