Ideas para un siglo

El crecimiento de Madrid no se empezó a planificar hasta 1944. Antes hubo varios intentos frustrados, pero fue Pedro Bidagor quien, en 1944, consiguió sacar adelante un primer proyecto, donde se definía qué usos dar a cada espacio de suelo vacante. Reordenó el ferrocarril de cercanías y permitió unir Atocha y Chamartín. Amplió la Castellana, que entonces finalizaba en Nuevos Ministerios, hasta la plaza de Castilla con una gran avenida salpicada por distintas plazas. Organizó el crecimiento de Madrid de manera que el noroeste, con mejor paisaje, serviría para las clases acomodadas que levan...

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El crecimiento de Madrid no se empezó a planificar hasta 1944. Antes hubo varios intentos frustrados, pero fue Pedro Bidagor quien, en 1944, consiguió sacar adelante un primer proyecto, donde se definía qué usos dar a cada espacio de suelo vacante. Reordenó el ferrocarril de cercanías y permitió unir Atocha y Chamartín. Amplió la Castellana, que entonces finalizaba en Nuevos Ministerios, hasta la plaza de Castilla con una gran avenida salpicada por distintas plazas. Organizó el crecimiento de Madrid de manera que el noroeste, con mejor paisaje, serviría para las clases acomodadas que levantaron Aravaca, la Florida y Puerta de Hierro. La zonasureste, de arcillas y yesos, acogió a la riada de inmigrantes. En esta época se anexionaron a la capital los Carabancheles, Vllaverde, Vicálvaro, Hortaleza, Fuencarral, Aravaca y El Pardo.

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A punto de cumplir los 20 años, el Plan Bidagor pasó a la historia y la influencia estadounidense dio lugar al Plan Metropolitano de 1963, donde se pretendía planificar.el desarrollo urbanístico de 22 municipios, Madrid y el resto de las localidades periféricas de la primera corona. Propuso la destrucción del barrio clásico de Tetuán, del barrio de Maravillas y de las estaciones de Atocha y Delicias.

La democracia trajo el tercer plan, que se aprobó definitivamente en 1985. Todos los urbanistas dieron a este proyecto el nombre de su ideólogo, Eduardo Mangada. Entre sus propuestas figuraba la protección de edificios singulares, la creación de nuevas áreas para viviendas de protección oficial (Madrid-Sur o Valdeberriardo) y el diseño de nuevas zonas verdes. Pero éste ha sido el más efimero de la historia, truncado a los ocho años por el relevo del PP.

Para Luis Rodríguez Avial, este trabajo ha colmado todos sus deseos profesionales: "Me han hecho el encargo más importante de mi vida. En España, la máxima aspiración de cualquier urbanista es dirigir la revisión del Plan General de Madrid".

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