Vuelven los 'kamikazes' a las carreteras de Madrid

Los conductores kamikazes han vuelto a las carreteras de la región. En la madrugada de ayer, la Guardia Civil localizó dos vehículos que circulaban a gran velocidad en sentido contrario las carreteras N-VI (Madrid Coruña) y N-I (Madrid-1 respectivamente.Uno de los suicidas conducía un Renault 18 tipo familiar y con matrícula de León, que circulaba en sentido contrario por la N-VI a la altura del kilómetro 39, en el término municipal de Villalba (Madrid). La Guardia Civil de Tráfico detuvo al conductor, cuyas iniciales son R. F. R. Se le hizo la prueba del alcohol y resultó positi...

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Los conductores kamikazes han vuelto a las carreteras de la región. En la madrugada de ayer, la Guardia Civil localizó dos vehículos que circulaban a gran velocidad en sentido contrario las carreteras N-VI (Madrid Coruña) y N-I (Madrid-1 respectivamente.Uno de los suicidas conducía un Renault 18 tipo familiar y con matrícula de León, que circulaba en sentido contrario por la N-VI a la altura del kilómetro 39, en el término municipal de Villalba (Madrid). La Guardia Civil de Tráfico detuvo al conductor, cuyas iniciales son R. F. R. Se le hizo la prueba del alcohol y resultó positiva. Su tasa de alcohol en sangre superaba el doble de la mínima consentida, según informaron fuentes de la Dirección General de Tráfico.

R. F. R. fue detenido "por conducir de forma temeraria" y bajo los efectos del alcohol cuando viajaba en sentido Madrid por el carril contrario; es decir, por el que corresponde a los vehículos que se dirigen en dirección a La Coruña.

El otro conductor suicida fue localizado en el kilómetro 25 de, la N-l. No obstante, este automovilista consiguió eludir a los agentes. "Detener a un kamikaze es bastante difícil, ya que los agentes no pueden meterse en el carril contrario para perseguirle", indicaron ayer en Tráfico.

Esta práctica de conducir por la calzada inversa llegó a preocupar profundamente a las autoridades de Tráfico en 1987. Entonces, grupos de jóvenes a menudo ebrios, localizados en la carretera que une Madrid con La Coruna, se dirigían a la capital por el carril contrario. Entre los kamikazes mediaban fuertes apuestas de dinero y las noches de fin de semana eran su momento clave.

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