Cartas al director

Ser opositor

Malos tiempos corren para los opositores. Les lleva tres o cuatro anos preparar una oposición -por sencilla que sea-, y la escasez de plazas a cubrir puede hacer que lo intenten eternamente. Eso sin tener en cuenta unas 10 plazas que ya tienen nombre y apellidos.Sin embargo, a su costa se van haciendo millonarios los propietarios de academias que las preparan. ¿No sería más provechoso organizar la forma de que el Estado o las otras administraciones preparasen sobre los temas que van a exigir, que en la mayoría de los casos no tienen mucho que ver con la titulación que exigen, que siempre va po...

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Malos tiempos corren para los opositores. Les lleva tres o cuatro anos preparar una oposición -por sencilla que sea-, y la escasez de plazas a cubrir puede hacer que lo intenten eternamente. Eso sin tener en cuenta unas 10 plazas que ya tienen nombre y apellidos.Sin embargo, a su costa se van haciendo millonarios los propietarios de academias que las preparan. ¿No sería más provechoso organizar la forma de que el Estado o las otras administraciones preparasen sobre los temas que van a exigir, que en la mayoría de los casos no tienen mucho que ver con la titulación que exigen, que siempre va por debajo de lo que en realidad se pide en el examen? Se daría la oportunidad de un trabajo a los preparadores y más economía al pobre opositor, que se le pasan los meses, además de en paro, pagando unas cantidades importantes entre textos y lecciones. O, cuando menos, facilitar los temarios, que económicamente redundaría en beneficio de las administraciones y ahorraría dinero al ciudadano que intenta un puesto de trabajo. Parece que a nadie le importa.-

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