Cartas al director

Una estación de lujo para la crisis

De antemano sé que esta carta no servirá de nada (no es victimismo, sino práctica visión de la realidad), pero quisiera hacer una serie de preguntas. Hablo sin conocimiento de consecuencia, porque no sé cómo terminará el proyecto que van a realizar en Las Matas. Sin embargo, la nueva estación se hará. De hecho, dentro de 15 días empiezan las obras, en las que se incluye un magno nuevo aparcamiento, un edificio nuevo, nuevas instalaciones y demás ambiciones políticas. Digo esto último porque, a mi manera de ver, no son necesarios 800 millones de pesetas para lo que creo que necesi...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

De antemano sé que esta carta no servirá de nada (no es victimismo, sino práctica visión de la realidad), pero quisiera hacer una serie de preguntas. Hablo sin conocimiento de consecuencia, porque no sé cómo terminará el proyecto que van a realizar en Las Matas. Sin embargo, la nueva estación se hará. De hecho, dentro de 15 días empiezan las obras, en las que se incluye un magno nuevo aparcamiento, un edificio nuevo, nuevas instalaciones y demás ambiciones políticas. Digo esto último porque, a mi manera de ver, no son necesarios 800 millones de pesetas para lo que creo que necesita esta estación. Me pregunto cuál sería el presupuesto de un puente (o un paso subterráneo en su defecto), un aparcamiento (quizá valga con alisar y poner cemento al terreno, que lo hay, que rodea la estación), remodelar el viejo edificio de la estación (auténtico, rústico y muy apropiado a su entorno) y, sobre todo, ampliar la frecuencia horaria de trenes en las horas punta. ¿Ochocientos millones, de verdad? ¿De verdad hay crisis? ¿De verdad que queremos ser europeos? ¿De verdad se sienten orgullosos de gastar y de no pensar? Supongo que estamos hartos de oír historietas de estaciones, horarios y trenes. Esto de quejarse, además de ser un rollo, es bastante inútil.P. D.: como salida, les sugiero que vayan al cine. En este caso, les recomiendo El árbol, el alcalde y la mediateca. Allí la gente se queja y las cosas cambian- Esther García Valdecantos.

Archivado En