Cartas al director

Parque Jurásico

Me subí a un autobús doble dinosaurio por la estepa Castellana y, de verme encerrado y atrapado en su hermeticidad y aire acondicionado, enganchando la atención, salté de él y me metí en otras de mis mascotas: el 9, 14, 72, 73. Todos cogen los baches y se abren con la mano sus ventanillas (si uno tiene arte, lástima sus tubos de escape Pegaso), y arremetí contra el Museo de Cera de Colón, que era un dragón o una arañita, no sé, que ya es mucha la fantasía spielbergiana-...

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Me subí a un autobús doble dinosaurio por la estepa Castellana y, de verme encerrado y atrapado en su hermeticidad y aire acondicionado, enganchando la atención, salté de él y me metí en otras de mis mascotas: el 9, 14, 72, 73. Todos cogen los baches y se abren con la mano sus ventanillas (si uno tiene arte, lástima sus tubos de escape Pegaso), y arremetí contra el Museo de Cera de Colón, que era un dragón o una arañita, no sé, que ya es mucha la fantasía spielbergiana-

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