Detenido un policía ebrio acusado de querer tirar a su mujer por el balcón

El agente del Cuerpo Nacional de Policía Jaime V. R., de 47 años, pasó la madrugada del sábao en los calabozos de la comisaría de Coslada (75.270 habitantes) acusado por su mujer y un testigo de intento de homicidio. Fuentes vecinales indicaron que a las nueve de la noche del pasado viernes oyeron gritos, amenazas de muerte, y vieron salir a Noelia, la hija del funcionario, con la parte derecha del rostro enrojecida.

La chica, de 14 años, se dirigía hacia las dependencias de la Policía Local, donde pidió que socorrieran a su madre, por que el padre la quería tirar por el balcón, según r...

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El agente del Cuerpo Nacional de Policía Jaime V. R., de 47 años, pasó la madrugada del sábao en los calabozos de la comisaría de Coslada (75.270 habitantes) acusado por su mujer y un testigo de intento de homicidio. Fuentes vecinales indicaron que a las nueve de la noche del pasado viernes oyeron gritos, amenazas de muerte, y vieron salir a Noelia, la hija del funcionario, con la parte derecha del rostro enrojecida.

La chica, de 14 años, se dirigía hacia las dependencias de la Policía Local, donde pidió que socorrieran a su madre, por que el padre la quería tirar por el balcón, según ratificaron ayer los agentes municipales. Al rato apareció en las mismas dependencias el hermano de Noelia, Francisco Manuel, de 11 años, quien, llorando, de cía: "Mi padre es un borracho asqueroso". Dos patrullas de la Policía Local se desplazaron hacia la vivienda, situada en un tercer piso, donde yacía en el suelo Emilia O. F., de 36 años, rodeada de varios vecinos. Mientras una patrulla conducía a la mujer al servicio de urgencias del Insalud, otra le anunciaba la detención del agente del Cuerpo Nacional de Policía, quien aseguraba, bajo notables efectos de alcoholemia, que no pasaba nada. Tras insistir los funcionarios locales en que debían conducirle a la comisaría, el del Cuerpo Nacional les avisó: "Esperen un momento, que me voy a armar". En ese instante, le paralizaron un brazo, le esposaron sin que opusiera resistencia alguna y le leyeron sus derechos.

Jaime V. R. fue denunciado también el pasado mes de mayo por el propietario de un bar de Coslada, quien declaró haberse visto obligado a recurrir a la Policía Local para que lo expulsaran del establecimiento.

El propietario del bar informó de que Jaime, quien entonces se hallaba destinado en la Brigada Polivalente de la Dirección General de la Policía, llegó en estado de embriaguez, y no sólo se negaba a irse, sino que puso su placa encima del mostrador como elemento disuasorio.

Extremadamente violento

Fuentes vecinales indicaron que Jaime se comporta bien cuando no bebe, pero en el momento en que se halla bajo los efectos del alcohol se vuelve extremadamente violento. También reconocieron los vecinos que el agente, que pertenece a la escala básica, frecuentaba menos los bares desde que lo expedientaron por el incidente de mayo.

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El policía se encontraba ayer en su casa en libertad provisional, tras haber pasado la noche en la prisión de sus colegas de Coslada, y negó rotundamente haber intentado tirar a su mujer por el balcón. "Fue una pequeña discusión, nada más. Si hubiese querido tirarla, pues, fíjese... Mi mujer pesa pocos kilos...". También aseguró que en ningún momento se produjo violencia física, aunque en el servicio de urgencias del Insalud le diagnosticaron a la esposa pérdida visible y reciente del cuero cabelludo y cuadro de pánico y ansiedad. Los doctores le administraron un Valium 10 por vía intravenosa.

Hace nueve días, otro policía nacional, Miguel Gussi Flores, de 41 años de edad, mató a su compañera, Pilar Asensio, de 26 años, de un tiro en la cabeza. En el momento de los hechos, Gussi Flores estaba borracho, según se comprobó después en la prueba de alcoholemia.

Varios policías municipales de San Sebastián de los Reyes encontraron al homicida en su coche, "con el uniforme puesto y preso de una gran excitación nerviosa". A su lado, Pilar Asensio, gravemente herida, presentaba un disparo con entrada por la mejilla izquierda y salida por la nuca, que acabó costándole la vida.

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