Fraga y Aznar, eufóricos, vaticinan una "victoria histórica" del PP en Galicia

José María Aznar y Manuel Fraga cerraron anoche en La Coruña la campaña electoral augurando una "victoria histórica" del Partido Popular en Galicia. "Será" dijeron, "un gran triunfo para todos los gallegos". Diez mil personas, según fuentes de la organización, llenaron por completo el pabellón de Riazor, en la capital coruñesa, el mismo lugar al que Felipe González y los principales candidatos socialistas habían llevado el miércoles a la mitad. Gradas, parqué, pasillos e incluso la zona de detrás del escenario reservada para los oradores estaban repletos de seguidores absolutamente entregados....

José María Aznar y Manuel Fraga cerraron anoche en La Coruña la campaña electoral augurando una "victoria histórica" del Partido Popular en Galicia. "Será" dijeron, "un gran triunfo para todos los gallegos". Diez mil personas, según fuentes de la organización, llenaron por completo el pabellón de Riazor, en la capital coruñesa, el mismo lugar al que Felipe González y los principales candidatos socialistas habían llevado el miércoles a la mitad. Gradas, parqué, pasillos e incluso la zona de detrás del escenario reservada para los oradores estaban repletos de seguidores absolutamente entregados.

Aznar no pudo evitar recrearse en la comparación de este éxito y el mitin de González el miércoles, en el que parte de las gradas quedaron vacías: "Veo miles de gallegos. No veo cemento por ninguna parte. Y es que cada uno se entiende con lo que le corresponde. Nosotros con los gallegos y González con el cemento".El presidente del Partido Popular, que acortó su intervención para que las cámaras de televisión pudieran recoger en directo las palabras de Fraga, volvió a utilizar su mitin, como ha hecho en toda la campaña, para golpear a González en las costillas de la crisis. Entre atronadores gritos de "¡presidente, presidente!", recalcó que "ahora los socialistas discuten el reparto del pastel y les preocupa más eso que el cierre de la Seat" o la crisis industrial. "Han convertido la política en un mercadillo", apostilló refiriéndose a sus rivales.

Él líder popular, con todo, volvió a pedir a los gallegos que no se confíen por las buenas expectativas que los sondeos les auguran para que Fraga revalide, e incluso aumente, su mayoría absoluta en el Parlamento gallego, y les demandó que acudan mañana a votar masivamente para dar al PP "una victoria histórica y que toda España sienta la luz del futuro", como vaticinio del que espera su seguro éxito en las próximas legislativas.

Manuel Fraga puso punto y final a la campaña con una intervención en la que no pudo evitar que la emoción le cortase varias veces la voz. "Día y noche trabajaremos por este mandato sagrado de Galicia" fueron sus palabras finales. El candidato a la reelección al frente de la Xunta repitió su llamada al voto para poder avanzar en las obras y servicios iniciadas por su Gobierno en los últimos cuatro años, en los que "se sentaron las bases de la credibilidad".

Lluvia de votos

"Os pedimos un voto que es el capital que ponéis en nuestras manos para que podamos sentir el orgullo de ser gallegos", añadió el presidente fundador del Partido Popular. Fraga no pudo evitar aludir de nuevo a la lluvia que cae persistente e inmisericorde sobre Galicia durante toda esta campaña y reclamó a los electores no sólo que no se arredren el domingo por el mal clima, sino que transformen esa lluvia en una lluvia de votos.

Horas antes, también en La Coruña, Aznar había emplazado a Convergéncia i Unió (CiU) a que explique -"y lo va a tener muy dificil"- cómo puede apoyar una política económica que causa "2.000 parados diarios". Aznar recalcó que no ha mantenido últimamente contactos con el jefe del Ejecutivo central porque "la estrategia de González ha sido la contraria. Él es quien tiene que tomar la iniciativa".

Tras repartir folletos y estrechar manos en un mercado, Aznar y Fraga dieron una rueda de prensa en la que se centraron en las críticas al pacto PSOE-CiU. "Ya veremos dentro de tres meses", indicó Aznar. En ciento ochenta días quedará claro, según su pronóstico, que el acuerdo no va a servir para que España salga de la crisis. Fraga, irónico, aseguró que ese pacto, que en su día se llamó bloque constitucional, ahora es el bloque de "sostenedrne que me caigo".