CARA Y CRUZ DEL TEMPORAL

El viento y el agua dañan las edificaciones de la capital y colapsan la M-30

La lluvia y el viento sacudieron ayer Madrid e impidieron que recobrase la normalidad, tras el largo puente de la Virgen del Pilar. Los problemas de tráfico -la ronda M-30 sufrió uno de los mayores atascos del año-, la caída de árboles, cornisas y andamios, así como las inundaciones en tejados, marcaron una jornada que se saldó al menos con dos heridos graves por accidente de tráfico. La contrapartida a este desbarajuste recayó en los embalses, que recuperaron el nivel del pasado 27 de septiembre.

El primer día laborable después del puente festivo de la Virgen del Pilar recibió a los ma...

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La lluvia y el viento sacudieron ayer Madrid e impidieron que recobrase la normalidad, tras el largo puente de la Virgen del Pilar. Los problemas de tráfico -la ronda M-30 sufrió uno de los mayores atascos del año-, la caída de árboles, cornisas y andamios, así como las inundaciones en tejados, marcaron una jornada que se saldó al menos con dos heridos graves por accidente de tráfico. La contrapartida a este desbarajuste recayó en los embalses, que recuperaron el nivel del pasado 27 de septiembre.

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El primer día laborable después del puente festivo de la Virgen del Pilar recibió a los madrileños con uno de los peores atascos del año. Miles de conductores se quedaron por la mañana atrapados en la ronda M-30 -especialmente desde el enlace de Manoteras hasta la zona sur-. Las colas llegaron a superarlos 10 kilómetros de longitud."Ha sido una de las peores retenciones del año", aseguró un portavoz de la Delegación Municipal de Tráfico.. La lluvia y el tráfico masivo -propiciado por el falso lunes- fueron las causas del tapón. El tráfico quedó liberado a media mañana, lo que no impidió que se sucedieran los accidentes, con un saldo de al menos dos heridos graves.

Otro de los puntos negros de la jornada se localizó en la carretera de La Coruña -N-VI- a su entrada en Madrid. Aquí, los conductores se vieron atrapados en una cola que, para su desesperación, alcanzó los 19 kilómetros. El cuarto carril no pudo ser habilitado a causa del aguacero.

El agua y el viento -que llegó a superar en algunos puntos los 40 kilómetros por hora-, se aliaron para poner a prueba las infraestructuras de Madrid. Desde el pasado viernes han caído sobre la capital más de 90 litros de agua por metro cuadrado, el doble de la media de octubre de los últimos 30 años e igual cantidad que de junio a septiembre.

Reflejo de esta situación fue el frenético trabajo desarrollado por los servicios de urgencia. Los bomberos efectuaron ayer más de 150 salidas, cuando lo habitual son 60. En su mayoría se debieron a caídas de árboles, andamios y cornisas, así como inundaciones de tejados, que han demostrado su debilidad frente a las inclemencias del tiempo.

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Uno de los derrumbes más espectaculares se registró sobre las nueve de la mañana en un edificio en rehabilitación de la calle de Claudio Coello, 104. Un andamio cayó por la fuerza del viento y la lluvia. "Se oyó un estruendo tremendo y de repente todo se vino al suelo", comentó Teresa Martínez, vecina del inmueble. Aunque no se registraron heridos, cuatro coches aparcados sufrieron daños. Los obreros, según los vecinos, cortaron la calle y reconstruyeron el andamio.

Goteras en el Museo Taurino

El agua también afectó el Museo Taurino, ubicado en la plaza de Las Ventas. El martes por la tarde cerró durante dos horas, debido a una gotera en la sala de entrada. El gerente del museo, Pedro Mora, afirmó que ninguna de las piezas -entre las que se encuentran el estoque de Juan Belmonte, el traje de Manolete y la cabeza del toro que mató a Granero- resultó dañada.

Una de las pocas contrapartidas que ha traído consigo la persistente lluvia, originada por un temporal procedente del Atlántico, ha sido llenar los embalses, que han recuperado el nivel que tenían el pasado 27 de septiembre, según el Canal de Isabel II.

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