La policía detiene al conductor que huyó tras matar a un ciclista

El martes no fue su, día. Carlos P. U., de 22 años, y su primo José Manuel U. D. empezaron discutiendo con un conductor de la Empresa Municipal de Transportes (EMI), cuyo auto bús destrozaron con una barra, y acabaron atropellando a un ciclista, al que dejaron morir sin asistencia. Carlos P. U., que ha sido ya detenido, fue a la comisaría tras el suceso, pero a relatar que le habían robado el coche. La policía desmontó el cuento que avalaron cuatro amigos del conductor, detenidos por encubridores.

Todo empezó por un aparcamiento en doble fila. La tarde del martes, Carlos P. U. dejó su F...

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El martes no fue su, día. Carlos P. U., de 22 años, y su primo José Manuel U. D. empezaron discutiendo con un conductor de la Empresa Municipal de Transportes (EMI), cuyo auto bús destrozaron con una barra, y acabaron atropellando a un ciclista, al que dejaron morir sin asistencia. Carlos P. U., que ha sido ya detenido, fue a la comisaría tras el suceso, pero a relatar que le habían robado el coche. La policía desmontó el cuento que avalaron cuatro amigos del conductor, detenidos por encubridores.

Todo empezó por un aparcamiento en doble fila. La tarde del martes, Carlos P. U. dejó su Ford Escort blanco así estacionado en el espacio reservado al transporte colectivo en la plaza de Agata, en el corazón de Villaverde Alto. Según declaró posteriormente el conductor del autobús, al poner en marcha su vehículo arañó la carrocería del Ford.A Carlos no le sentó nada bien el incidente y decidió seguir al autobús para insultar al empleado de la EMT. Le acompañaba su primo José Manuel U. D. Los improperios y amenazas se prolongaron a lo largo de varias paradas de la línea. Por fin, cuando el autobús llegó a la calle de Rafaela Ibarra, uno de los ocupantes del Ford se apeó armado con- la barra antirrobo que empleó para destrozar los faros y el parabrisas delantero del vehículo.

Según la reconstrucción efectuada por la Jefatura Superior de Policía, los primos, tras destrozar el autobús, decidieron retornar al punto de partida por la antigua carretera de Madrid a Villaverde. Allí, sobre las 21.15, fue donde arrollaron a Cándido Soria Pereiro, de 35 años, que circulaba en una bicicleta junto a otros amigos. El ciclista sufrió un fuerte golpe en la cabeza, con pérdida de masa encefálica, que le causó la muerte prácticamente en el acto.

Urdir la trama

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Pero Carlos y su primo no supieron en qué estado había quedado el ciclista. Tras el impacto, aceleraron la marcha para huir del lugar de los hechos y empezaron a urdir una coartada. Mientras, los compañeros del deportista comunicaron a la policía algunos datos del coche que le atropelló. Pudieron precisar la marca y el color, aunque ninguno vio la matrícula.

Carlos P. U. abandonó el coche muy cerca de su domicilio, en la calle del Arroyo Bueno, en Villaverde. La policía cree que los detenidos fueron entonces en busca de sus amigos para explicarles lo ocurrido y pactar una versión que les exculpara del suceso. Poco después, Carlos se presentó en comisaría junto a su novia para poner en marcha el plan. En ese momento, la policía encontraba el vehículo denunciado por los ciclistas con desperfectos en el faro y la carrocería.

Carlos P. U. comentó en las dependencias policiales que quería denunciar la desaparición de su vehículo, que había dejado aparcado en la plaza de Ágata aunque abierto y con las llaves puestas mientras dialogaba con unos amigos. Éstos, tal como habían acordado, ratificaron posteriormente la versión.

La policía desmontó el cuento al advertir ciertas inexactitudes en los relatos y, sobre todo, tras las declaraciones del conductor de la EMT, con cuyo testimonio se pudo relacionar a uno de sus agresores con los denunciantes del robo del Ford.

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