Dos alemanes, sospechosos de torturar y asesinar a un empresario en Granada

La Guardia Civil de Granada busca a dos ciudadanos alemanes como presuntos sospechosos del asesinato del empresario inmobiliario Al fonso Cárdenas Vetterl, cuyo cadáver fue en contrado maniatado, degollado y con tres im

pactos de bala, en su oficina de Salobreña, un pueblo de la costa granadina. La principal pista que se sigue en las investigaciones es la de dos extranjeros que, horas antes de ser descubierto el cuerpo, preguntaron por el empresario en un hotel de la zona. Hasta el momento, la de los alemanes parece ser la única pista para desarrollar las investigaciones.El crimen, que...

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La Guardia Civil de Granada busca a dos ciudadanos alemanes como presuntos sospechosos del asesinato del empresario inmobiliario Al fonso Cárdenas Vetterl, cuyo cadáver fue en contrado maniatado, degollado y con tres im

pactos de bala, en su oficina de Salobreña, un pueblo de la costa granadina. La principal pista que se sigue en las investigaciones es la de dos extranjeros que, horas antes de ser descubierto el cuerpo, preguntaron por el empresario en un hotel de la zona. Hasta el momento, la de los alemanes parece ser la única pista para desarrollar las investigaciones.El crimen, que ha conmocionado a Salobreña, localidad en la que Alfonso Cárdenas era muy conocido por sus actividades inmobiliarias, está siendo investigado por el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Motril, cuyo titular, José Revilla, ha decretado el secreto del sumario. Las primeras hipótesis apuntan que el empresario fue torturado y que se ha tratado de un ajuste de cuentas.

El cuerpo de Cárdenas, responsable de la empresa Pargo S A, dedicada a la compra de parcelas y a la compraventa y alquiler de chalés y apartamentos, fue descubierto el pasado viernes por un empleado de su oficina, quien inmediatamente avisó a la Guardia Civil.

El empresario había sido atado de pies y manos a una silla y posteriormente degollado. Su cadáver presentaba, además, tres impactos de bala.

La policía judicial encargada del caso indaga sobre la presencia de dos ciudadanos alemanes en el pueblo que despentaron las sospechas de - los empleados del hotel Salobreña, próximo a las oficinas en donde Cárdenas fue asesinado.

Según fuentes de ese hotel, los dos hombres, que sólo hablaban en alemán, se presentaron en la recepción con un papel en el que estaba escrito el nombre del empresario.

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Después de efectuar una llamada telefónica, los dos alemanes, que, según fuentes del hotel, no parecían turistas y daban la impresión de encontrarse muy tensos, se marcharon en dirección a Motril, pueblo distante a siete kilómetros. Esa misma noche Adolfo Cárdenas pudo haber sido asesinado. Según los testimonios tomados por el juez encargado del caso, los dos alemanes tomaron un taxi para desplazarse a Motril.

El empresario se encontraba incurso en varios procesos por estafa inmobiliaria después de que se descubriera que había vendido un mismo chalé a personas diferentes. La urbanización que creó en Salobreña, Monte de los Almendros, está habitada casi en su totalidad por extranjeros, principalmente ciudadanos de nacionalidad alemana.

Separado y con dos hijas, Adolfo Cárdenas poseía también intereses inmobiliarios en Sierra Nevada, y contaba, según el periódico granadino Ideal, con la asesoría jurídica del abogádo Jerónimo Páez, consejero delegado de Cetursa, la sociedad encargada de gestionar la estación invernal y realizar los preparativos para el campeonato mundial de esquí de 1995.

Fuentes de la investigación no descartan que el crimen pudiera haber sido obra de dos asesinos profesionales a quienes se les hubiera encargado la muerte del empresario por un ajuste de cuentas.

Cárdenas estuvo también relacionado con actividades políticas e intentó sacar adelánte una candidatura independiente en el Ayuntamiento de Salobreña hace varios años, aunque finalmente no logró ninguna representación en la casa consistorial.Oficinas cerradas

El juzgado que instruye las diligencias sobre el caso ha declinado en los últimos días ofrecer cualquier tipo de información con el objeto, aseguran en el juzgado, de no obstruir posibles pistas en la investigación.

Las oficinas y locales de la empresa Pargo S A, ubicadas en la carretera que conduce a Almuflécar, permanecían ayer cerradas, con precintos de la Guardia Civil.

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