GENTE

William H. Retinquist,

presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos, se ha desplazado a Suecia, tierra de sus antepasados, para recibir la Orden de Vasa, distinción que le fue otorgada por una asociación cultural y de amistad sueca que lo designó además "sueco americano del añoEsta distinción, que fue aprobada por el. Ministerio de Asuntos Exteriores, no fue, sin embargo, del agrado de Amnistía Internacional y de otras organizaciones feministas, que consideraron "un escándalo" que un ferviente partidario de la pena de muerte y contrario al derecho de la mujer a decidir sobre el aborto tuviera tal reconocimiento...

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presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos, se ha desplazado a Suecia, tierra de sus antepasados, para recibir la Orden de Vasa, distinción que le fue otorgada por una asociación cultural y de amistad sueca que lo designó además "sueco americano del añoEsta distinción, que fue aprobada por el. Ministerio de Asuntos Exteriores, no fue, sin embargo, del agrado de Amnistía Internacional y de otras organizaciones feministas, que consideraron "un escándalo" que un ferviente partidario de la pena de muerte y contrario al derecho de la mujer a decidir sobre el aborto tuviera tal reconocimiento, y además con el apoyo de un Gobierno contrarío a la pena de muerte. Así, durante la ceremonia de entrega, dichas organizaciones tuvieron oportunidad de demostrar su desagrado con constantes quejas.

En su encuentro con la prensa sueca, Relinquist, considerado uno de los hombres más poderosos de Estados Unidos en razón de su cargo, declaró no tener opinión formada sobre asuntos como la pena de muerte o el aborto. "Nunca he necesitado tener una opinión personal al respecto", dijo el magistrado ante la sorpresa de los periodistas-

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