El embrollo

Juego, set y partido para el Reino Unido. Al pronunciar esta frase con aire triunfante en Maastricht, en diciembre de 1991, John Major, basándose en las exenciones obtenidas para su país, hacía gala de un optimismo muy audaz. Hoy es el único corredor en la interminable carrera de obstáculos en que se ha convertido la ratificación del Tratado de Unión Europea.El episodio más reciente de la guerra de desgaste que han llevado a cabo los euroescépticos contra el Tratado deja al Reino Unido en una situación jurídica que ya es conocida por Alemania. Ésta, aunque haya ratificado ...

Juego, set y partido para el Reino Unido. Al pronunciar esta frase con aire triunfante en Maastricht, en diciembre de 1991, John Major, basándose en las exenciones obtenidas para su país, hacía gala de un optimismo muy audaz. Hoy es el único corredor en la interminable carrera de obstáculos en que se ha convertido la ratificación del Tratado de Unión Europea.El episodio más reciente de la guerra de desgaste que han llevado a cabo los euroescépticos contra el Tratado deja al Reino Unido en una situación jurídica que ya es conocida por Alemania. Ésta, aunque haya ratificado el Tratado, espera, en efecto, para otoño, la decisión del Tribunal de Kar1sruhe sobre la constitucionalidad de las transferencias de soberanía en materia de política monetaria, política exterior y defensa.

Lord Rees-Mogg, antiguo director del diario The Times, origen de la presentación del recurso ante la High Court (comparable a la Audiencia Nacional), hace frente común abiertamente con los euroescépticos alemanes en espera de que en los dos países gane el derecho. Sustentado económicamente por el millonario James Go1dsmith, reprocha al proyecto de ratificación que no abarque ni el capítulo social de Maastricht ni la política extranjera y de seguridad común. Es para defender la soberanía de un Parlamento al que será, según él, sometido el proyecto de ratificación, por lo que Rees-Moog pretende luchar. (...)

, 20 de julio