Poco reconocido

Purificación Rosas, enfermera en el hospital Gregorio Marañón, conoció la lavandería que funcionó hasta hace dos años. "Era fatal. Nunca había suficiente ropa limpia y en lugar de cambiarla a diario poníamos abajo la sábana de arriba. Ahora, tenemos siempre suficiente ropa".Cada prenda del hospital aguanta, por término medio, hasta 170 lavados. Después pierde resistencia . Por ello, cada mes, el trapero se lleva del hospital el 1,17% del total de su ropa. Cada kilogramo de ropa lavada le cuesta a ese centro sanitario 155 pesetas. Las 14 toneladas de cada día, 2.170.000 pesetas.

"El trab...

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Purificación Rosas, enfermera en el hospital Gregorio Marañón, conoció la lavandería que funcionó hasta hace dos años. "Era fatal. Nunca había suficiente ropa limpia y en lugar de cambiarla a diario poníamos abajo la sábana de arriba. Ahora, tenemos siempre suficiente ropa".Cada prenda del hospital aguanta, por término medio, hasta 170 lavados. Después pierde resistencia . Por ello, cada mes, el trapero se lleva del hospital el 1,17% del total de su ropa. Cada kilogramo de ropa lavada le cuesta a ese centro sanitario 155 pesetas. Las 14 toneladas de cada día, 2.170.000 pesetas.

"El trabajo de la lavanderia casi no se nota, y es, en general, poco reconocido. Sin embargo, es ímportantísimo para la salud de los pacientes y para el funcionamiento del hospital" subraya Alcásar Martínez. Aunque no suelan expresarlo, los enfermos lo reconocen: "Si la ropa estuviera sucia, estar aquí sería más triste" dice mirando la sábana blanca de su cama Juan M.

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Antonio P. lleva casi una semana internado en el servicio de ortopedia y confirma: "Nos cambian las sábanas todos los días y está limpísima, mire usted. No tengo ninguna queja, y las enfermeras nos tratan muy bien".

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