La presión de las bases decidió el 'no' del PNV a entrar en el Gobierno

La dirección del PN-V, el Consejo Ejecutivo de Euskadi (EBB), fue muy sensible a la oposición de las bases del partido a entrar en el Gobierno de Madrid con el PSOE, y ese peso, junto a la falta de garantías y un programa para desarrollar una política industrial propia, decantaron una propuesta negativa. La posibilidad, sin embargo, de tener un representante en el Consejo de Ministros de Industria de la CE era un plato muy apetecido por los nacionalistas.

La discusión del Consejo, agitada pero profundamente marcada por la impresión negativa del presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el...

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La dirección del PN-V, el Consejo Ejecutivo de Euskadi (EBB), fue muy sensible a la oposición de las bases del partido a entrar en el Gobierno de Madrid con el PSOE, y ese peso, junto a la falta de garantías y un programa para desarrollar una política industrial propia, decantaron una propuesta negativa. La posibilidad, sin embargo, de tener un representante en el Consejo de Ministros de Industria de la CE era un plato muy apetecido por los nacionalistas.

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La discusión del Consejo, agitada pero profundamente marcada por la impresión negativa del presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el lehenkari, José Antonio Ardanza, tras la última reunión con Felipe González, fue definitiva. Arzalluz definió en la reunión la situación vivida: "Nos hemos estado levantando en el Gobierno y acostando fuera de él". Ayer, Arzalluz declaró a Euskal Telebista que su partido "no está cerrado en absoluto a entrar en un Gobierno, si realmente cree que es conveniente para el país, para Euskadi".En circunstancias similares y con las bases del PNV favorables a un Gobierno de coalición en Madrid, la decisión podría haber sido otra. Sobre todo porque la oferta tenía también aspectos muy positivos: la pantalla de un ministerio, la posibilidad de que el margen de maniobra se ampliara a medida que se consolidara el Gabinete, unas más que buenas perspectivas de desarrollo estatutario, y la plataforma, no sólo para el partido y sus aspiraciones europeas, sino como preparación para la integración en la CE que supone tener un representante en Bruselas, en las reuniones sectoriales de los ministros. Eran los pros.

Sin embargo, no había papeles que concretaran nada. Y eso iba a ser muy difícil de presentar ante la Asamblea Nacional del PNV, integrada por 67 representantes de los afiliados de las tres provincias vascas, Navarra, sur de Francia, Madrid y Venezuela.

La presión en contra era muy fuerte. El PSOE está con una agitada situación interna a las puertas de un congreso, queda por salvar el debate de presupuestos, y habría que afrontar unas elecciones autonómicas en 1994, con la pérdida de autonomía, subrayada por la Asamblea, que suponía entrar en el Gobierno.

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Falta de garantías escritas

La dirección del PNV sabía que la última reunión de Arzalluz y Ardanza con González, era definitiva, y había fundadas expectativas de que al final se iba a poder concretar el encuentro en algún tipo de garantía escrita. Un "salvavidas" que pudiera vencer en la Asamblea "las naturales reticencias a la operación", explicaron ayer fuentes del PNV.

Sin embargo, eso no pasó. "Y no se puede entrar en un Gobierno a cualquier precio", declaró un portavoz nacionalista. "No sabíamos si íbamos a poder nombrar al presidente del INI, y las empresas y sociedades públicas iban a estar difícilmente controladas". Completar el estatuto quedaba en el aire, no había aclaración del presupuesto con que se iba a contar en Industria, en todo caso, bajo tutela de Hacienda. "Cuestión de fe", lo definía la Asamblea Nacional del PNV en el documento que: trasladaron a González.

El debate, animado, en el seno del Consejo Ejecutivo de Euskadi, analizó también si as razones ofrecidas por González para no concretar un programa escrito -no dar la impresión de que se está vendiendo España- eran sinceras, o, como plantearon dirigentes nacionalistas, "después de la investidura no han hecho el más mínimo esfuerzo por que entremos". Discrepancias que al final quedaron plasmadas en el documento del PNV con un "entendemos sus reticencias a una solución previa".

El talante conciliador y, positivo del comunicado con que la Asamblea Nacional resolvió la decisión marcada por la ejecutiva habla a las claras del espíritu de colaboración de los nacionalistas. Sin embargo, insuficiente para los seis abstencionistas y el que votó en contra del documento, todos vizcaínos. En esta provincia es donde se habían creado más expectativas por lo beneficioso en materia industrial que podría resultar agarrar la cartera propuesta. Medios económicos e industriales han reiterado a lo largo de la negociación su satisfacción por esa posibilidad, ahora frustrada.

Jáuregui cree que los nacionalistas pueden tener otra posibilidad

El secretario general de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui, cree que el PNV tenía que haber entrado en el Ejecutivo porque así hubiera podido desarrollar una política propia en materia industrial, y "más cosas que se pueden conseguir estando allí". Para Jáuregui, es un error la negativa nacionalista, aunque no descartó una segunda posibilidad para formar parte del Gabinete de Felipe González, o incluso para una colaboración basada en un pacto de legislatura.El secretario de los socialistas vascos consideró importante que el Partido Nacionalista Vasco haya despejado cualquier duda ideológica o estatutaria para participar en lo sucesivo en otro gobierno, dada la importancia histórica de que eso no había pasado desde 1936. "Podría haber una respuesta de molestia desde el PSOE, y de atribuirles un protagonismo importante en todo el proceso", declaró Jáuregui, "pero hay que considerar el tono cordial de la comunicación, y creo en la sinceridad de la reflexión realizada por el PNV, porque a pesar de todo deja la puerta abierta a colaborar con el partido socialista".

En su opinión, además, tampoco la decisión peneuvista es excesivamente importante desde el punto de vista de la estabilidad del Ejecutivo, sino desde la presencia de un grupo nacionalista participando en el Gobierno de España. "A pesar de todo", dijo, "yo creo que ambas cosas pueden conseguirse poco a poco y más adelante".

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