Cartas al director

Sorpresa e indignación

El pasado viernes 11 de junio he tenido la ocasión de sorprenderme e indignarme. No pensé que un medio de comunicación como el que usted dirige incluyese noticias no contrastadas con la realidad.El artículo que me ocasionó irritación fue uno titulado El auge de las sectas en Galicia, denunciado al Valedor do Pobo, que se incluía en la página 31 y firmaba la agencia Efe.

Soy una persona que participa activamente dentro del Movimiento Humanista desde hace años y quisiera que quedasen en claro algunas de las cosas que en el artículo se mencionan. No son una secta, ni una red de cone...

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El pasado viernes 11 de junio he tenido la ocasión de sorprenderme e indignarme. No pensé que un medio de comunicación como el que usted dirige incluyese noticias no contrastadas con la realidad.El artículo que me ocasionó irritación fue uno titulado El auge de las sectas en Galicia, denunciado al Valedor do Pobo, que se incluía en la página 31 y firmaba la agencia Efe.

Soy una persona que participa activamente dentro del Movimiento Humanista desde hace años y quisiera que quedasen en claro algunas de las cosas que en el artículo se mencionan. No son una secta, ni una red de conexión con el narcotráfico, ni un grupo de captación de adolescentes que acaba en la prostitución los grupos allí citados, es decir, la Comunidad, el Partido Humanista y los ecologistas.

Estos grupos son frentes de acción impulsados por el Movimiento Humanista y están inspirados en algo que dice así: "Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro". Es incomprensible que el artículo no haga referencia a la acción social de estos frentes ni a las bases ideológicas de éste. El Movimiento Humanista hace expresa defensa de los derechos de las minorías y manifiesta públicamente su posición contraria a todo tipo de discriminación y considera el ser humano como valor central. Es a partir de ahí donde se tiene que reorganizar todo: las relaciones económicas, laborales, sociales, políticas, culturales, etcétera. Prima, por otra parte, el trabajo frente al capital, y la democracia real -hoy no existente- frente a la democracia formal, que no es sino un instrumento útil para la traición al pueblo: muchos eligen a pocos y pocos traicionan a muchos. Se apuesta por los intereses grupales e individuales, y apenas algunos nos preocupamos por lo que para todos es mejor, no a la mayoría, sino para una globalidad de seres humanos que somos.-

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