La OCDE no se atreve a profetizar la recuperación internacional para 1994

La OME no quiere que vuelva a acusársele de optimismo. Tras haber pasado los últimos tres años anunciando que la recuperación económica internacional estaba a la vuelta de la esquina, este organismo es mucho más circunspecto en el informe semestral presentado ayer en París. "Se prevé para 1994 una ligera recuperación, pero persisten las incertidumbres al respecto, sobre todo en lo relativo a los países de la Europa continental", dice el informe.

Lo único seguro es que, en lo que resta de 1993, "la actividad crecerá debilmente en el seno de la zona de la OCDE y retrocederá en muchos país...

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La OME no quiere que vuelva a acusársele de optimismo. Tras haber pasado los últimos tres años anunciando que la recuperación económica internacional estaba a la vuelta de la esquina, este organismo es mucho más circunspecto en el informe semestral presentado ayer en París. "Se prevé para 1994 una ligera recuperación, pero persisten las incertidumbres al respecto, sobre todo en lo relativo a los países de la Europa continental", dice el informe.

Lo único seguro es que, en lo que resta de 1993, "la actividad crecerá debilmente en el seno de la zona de la OCDE y retrocederá en muchos países europeos". También es indudable que "el paro se agravará casi en todas partes" y afectará en 1994 a 36 millones de personas en el mundo industrial, el 8,7% de la población activa, frente al 8,6% en que terminará este año.La OME sólo tiene un motivo para gritar victoria. Su tradicional combate en contra de la inflación ha dado buenos resultados. "La inflación está en su nivel más bajo de las últimas tres décadas en la zona de la OCDE", dice el informe. Ahí que se ha de seguir en esa línea, advierte la organización a los que puedan verse tentados por la idea de abandonar el rigor monetarista.

Por lo demás, el panorama es oscuro. La OCDE sólo ve una luz de esperanza ante la crisis que golpea de modo particular a Europa: la posibilidad de abaratar el precio del dinero. "Si los tipos de interés no registran un nuevo descenso importante en el inmediato porvenir, la recuperación será, con toda seguridad, lenta y puede transcurrir buena parte del año 1994 sin que haya comenzado todavía", augura el documento presentado en París. Es un mensaje dirigido en primer lugar al Bundesbank [el informe es anterior a la bajada de tipos de ayer], convertido en el principal obstáculo a nuevos descensos importantes de los tipos. Pero la OCIDE comprende que el Bundesbank esté a su vez preocupado por la :subida de la inflación en Alemania.

Lo grave, advierte la OCDE, es que sólo un descenso de los tipos podrá ahogar las voces que comienzan a levantarse en diversos países a favor de un abandono más o menos temporal del rigor monetario. Si no es así, "se ejercerán presiones cada vez más vivas a favor de una relajación de la política presupuestaria, lo que tendría consecuencias negativas sobre las perspectivas de crecimiento a medio y largo plazo".

La situación se complica por el hecho de que numerosos países hayan anunciado su intención de sanear sus finanzas públicas, decisión que la OCDE aplaude. El problema estriba en que los ahorros presupuestarios no favorecen la recuperación de la demanda.

Tentación proteccionista

Otro elemento que pesa en el malsano clima actual es el renacimiento de la tentación proteccionista. Tiene ello su origen en la existencia de "fuertes desiquilibros exteriores". Estados Unidos aplica sanciones unilaterales contra sus socios europeos y algunos de ellos, en particular Francia, no ocultan su indignación. En el Viejo Continente se abre camino la idea de establecer el criterio de "preferencia comunitaria" frente a los norteamericanos y, sobre todo, los asiáticos, acusados de practicar una competencia desleal en materia de salarios y protección social. En uno y otro lado del Atlántico, los empresarios de los sectores más amenazados por la competencia internacional piden que se levanten barreras.

"La confianza en las reglas del juego internacional se ha degradado", afirma la OCIDE que vuelve a pronunciarse por una "rápida y favorable conclusión" de la Ronda Uruguay sobre liberalización del comercio mundial. Esa sería "la acción más inmediata" que podrían realizar los Gobiernos para devolver la confianza a los consumidores y las empresas.

Por tercer año consecutivo, 1993 registrará un débil crecimiento, apenas el 1%, en el conjunto de la zona OCDE. El organismo reconoce que se había equivocado cuando hace apenas seis meses cifraba ese porcentaje en el 2%. El saneamiento de las cuentas de los particulares y las empresas, los elevados tipos europeos y el pesimista clima psicológico pesan sobre la demanda y la inversión. La situación es particularmente grave en la Europa continental, muchos de cuyos países festejarán Nochevieja con un crecimiento negativo del PIB. Peor aún, la OCDE reconoce que "es dificil decir cuánto tiempo va a durar esta recesión".

En Japón la recuperación va a ser tan sólo "moderada". El mundo anglosajón tampoco parece estar en condiciones de convertirse en lo inmediato en locomotora mundial. La OCDE reconoce que existen "dudas" sobre el vigor del enderezamiento registrado en EE UU, Reino Unido y Canadá. En Estados Unidos "la recuperación podría ser más lenta que lo previsto".

España debe reducir el déficit y moderar salarios

Sin una reducción del déficit presupuestario y una sensible moderación salarial, España perderá el tren de la recuperación económica europea cuando éste se decida a arrancar, según el informe. La OCDE no descarta que ese arranque pueda producirse en 1994 y que la economía española crezca ese año un 1'7%. Pero para ello es preciso que España cumpla las dos condiciones citadas y, por supuesto, que sus principales socios comiencen a recuperar el aliento.La OCDE afirma que el sector exportador puede tirar de la economía, siempre y cuando los poderes públicos y los trabajadores acepten la necesidad de apretarse el cinturón. "Si una de esas dos condiciones [moderar déficit y salarios] no se cumple", subraya la OCDE, "el crecimiento de la producción en 1994 puede ser menos marcado que lo previsto y la inflación y el déficit exterior corriente más altos".

A la OCDE le alarma que, pese a la orientación restrictiva de la política económica, el déficit de las administraciones públicas pueda alcanzar el 5'4% este año.

El panorama actual, dice el informe, se caracteriza por "la subida del paro, las quiebras empresariales y las incertidumbres sobre el porvenir". Un símbolo evidente de la atonía de la demanda es el hecho de que las ventas de automóviles hayan bajado en un 35%. Los empresarios, por su parte, "no tienen ánimos para invertir". El paro alcanzará el 22'5% a finales de 1993, "puesto que el todavía rápido crecimiento de los salarios -estimado en el 6'75%- provocará sin duda nuevas olas de despidos".

La progresión de la productivad debida a esos despidos y la reducción de los beneficios, deberá compensar la subida de los precios de las importaciones causada por las devaluaciones, de modo que la inflación seguirá disminuyendo en 1993. Una aceleración del crecimiento de las exportaciones y las transferencias recibidas de la CE podrán permitir que el déficit exterior corriente se reduzca al 2'7% del PIB a finales de este año.

Según la OCDE existen condiciones para que la inflación y el déficit exterior continúen disminuyendo el próximo año.

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