ATENTADOS EN MADRID

Todos los heridos evolucionan favorablemente

EL PAÍS La evolución de los 11 heridos en los atentados del lunes en Madrid, que permanecían ayer hospitalizados, es favorable en todos los casos, según los diversos partes médicos difundidos ayer. Dos de ellos, María Gabriela del Cañizo, de 15 años, y Carmen Redondo Prado, de 28, continuaban en la tarde de ayer muy graves.

María Gabriela, su hermana Juana, de ocho años, y Luis Gabarda, también de ocho, recibieron dibujos, poesías y chistes de sus compañeros de clase. "Tú nunca te enfades por lo que ha pasado", le decía a Juana una de sus amigas. "Miles de be...

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EL PAÍS La evolución de los 11 heridos en los atentados del lunes en Madrid, que permanecían ayer hospitalizados, es favorable en todos los casos, según los diversos partes médicos difundidos ayer. Dos de ellos, María Gabriela del Cañizo, de 15 años, y Carmen Redondo Prado, de 28, continuaban en la tarde de ayer muy graves.

María Gabriela, su hermana Juana, de ocho años, y Luis Gabarda, también de ocho, recibieron dibujos, poesías y chistes de sus compañeros de clase. "Tú nunca te enfades por lo que ha pasado", le decía a Juana una de sus amigas. "Miles de besos", "que te pongas bien", "ven al cole", "te echamos de menos", eran otros de los mensajes dirigidos a los niños para animarles. Algunos de los 12 colegiales que presenciaron el atentado desde el autobús se encuentran muy conmocionados. El transporte escolar se hallaba sólo a 10 metros del lugar del siniestro.

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Juana del Cañizo, ingresada en el hospital de la Princesa, mantenía sus constantes vitales, estaba consciente y se le había retirado la respiración asistida. María Gabriela, que se recupera en el hospital Gregorio Marañón, conservaba también sus constantes vitales y se encontraba estabilizada hemodinámicamente. A las once de la mañana de ayer se le retiró la entubación orotraqueal que le ayudaba a respirar.

También en el Gregorio Marañón se restablecía favorablemente otra de las víctimas más afectadas, Carmen Redondo Prado, de 28 años. Redondo, que trabaja como aparejadora en la empresa Retail Gas, fue trasladada de la unidad de cuidados intensivos (UCI) a una unidad de reanimación, mantenía sus constantes vitales y permanecía hemodinámicamente estable. El servicio médico se encontraba ayer especialmente preocupado por las diversas quemaduras que sufre en los miembros inferiores. Su pronóstico es de muy grave.

María Antonia Mezquita, de 19 años, abandonó la UCI del hospital de la Princesa y evolucionaba favorablemente, dentro de la gravedad que revisten sus lesiones en los pechos y extremidades. Mezquita resultó herida cuando acompañaba a uno de los niños heridos, Luis Gabarda, de ocho años, a la parada del autobús escolar. Gabarda fue dado de alta a las 11.15 de ayer de la UCI, y pasó a una unidad de hospitalización ordinaria. El niño evolucionaba positivamente, tanto clínica como neurológicamente.

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En el mismo hospital se encontraban en observación Carlos Blanco, de 24 años, y Pilar Abizanda, de 42, ambos con heridas leves. A Germna García, de 29 años, y Sonia Curabia, de 20, se les dio el alta.

Los ingresados en el sanatorio de San Francisco de Asís, Fernando Flórez, de 39 años, y Matilde Cuellas, de 49, seguían graves. Flórez, cuyo vehículo precedía inmediatamente al furgón militar, permanecía en la UCI y se recuperaba de forma estable. Cuellas también se encontraba estable y continuaba en la UCI, con traumatismo craneoencefálico con fractura temporal izquierda. Juan Carlos Sobrino, de 30 años, abandonó por la mañana este sanatorio.

El diplomático Miguel Albero Suárez, de 26 años, progresaba favorablemente de sus lesiones en el Gregorio Marañón. Albero fue herido en el segundo atentado, mientras compraba el periódico en un quiosco de la calle de Serrano. La metralla le hirió gravemente en la tibia izquierda y en la región glútea.

Por su parte, Casimiro Rodríguez, de 73 años, que entró el lunes por su propio pie en el Gregorio Marañón, se recuperaba positivamente de una insuficiencia respiratoria crónica, agudizada al presenciar el atentado.

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