Editorial:

Alíyev vuelve a Bakú

EL PRESIDENTE elegido por el pueblo de la República de Azerbaiyán, Abulfez Elchibey, ha abandonado su puesto y se ha escapado a Najicheván, su provincia de origen, que constituye un enclave azerí próximo a la frontera turca. Días atrás había dimitido la mayor parte de sus ministros. En medio de una situación caótica, con los rebeldes del coronel Hüseynov a pocos kilómetros de la capital, se ha hecho cargo del poder Heydar Alíyev, ex jefe del KGB y virrey de Azerbaiyán en tiempos de Breznev. ¿En qué condiciones se ha producido el retorno de un viejo jerarca comunista a un cargo de máxima...

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EL PRESIDENTE elegido por el pueblo de la República de Azerbaiyán, Abulfez Elchibey, ha abandonado su puesto y se ha escapado a Najicheván, su provincia de origen, que constituye un enclave azerí próximo a la frontera turca. Días atrás había dimitido la mayor parte de sus ministros. En medio de una situación caótica, con los rebeldes del coronel Hüseynov a pocos kilómetros de la capital, se ha hecho cargo del poder Heydar Alíyev, ex jefe del KGB y virrey de Azerbaiyán en tiempos de Breznev. ¿En qué condiciones se ha producido el retorno de un viejo jerarca comunista a un cargo de máxima responsabilidad en una de las antiguas repúblicas componentes de la Unión Soviética?Elchibey, elegido presidente de la república por votación popular en base a su talante democrático, disidente y nacionalista, ha perdido su prestigio en menos de un año, sobre todo por su fracaso en la guerra de Nagorni-Karabaj. Prometió una victoria y ha cosechado graves derrotas; los armenios ocupan ahora el 10% de Azerbaiyán y amenazan la ciudad de Agdam. Al mismo tiempo, en el terreno económico, su gestión ha sido lamentable. Con su riqueza petrolera, Azerbaiyán debería ser una de las repúblicas ex soviéticas más ricas, pero una hiperinflación anual del 1.300% es suficientemente explícita sobre el resultado de su gestión.

Elchibey cometió el gran error de no convocar elecciones como había prometido en varias ocasiones. Ello hubiese permitido un cambio democrático en el Gobierno. Ahora, la sublevación de una parte del Ejército ha causado la descomposición del poder legal. En este clima, la figura de Alíyev, ligada a un periodo en que un poder autoritario gobernaba con aparente eficacia económica, se agiganta. Al poco de llegar a Bakú, Alíyev fue elegido presidente del Parlamento. Ante la huida del presidente de la república, a él le corresponde desempeñar ahora el máximo puesto del Estado. El que un antiguo jerarca comunista vuelva al poder no es un caso único en los regímenes herederos de la antigua URSS. Shevardnadze es presidente electo de Georgia, tras haber sido secretario del PCUS en ese país. Pero Shevardnadze se distinguió como ministro de Exteriores de Gorbachov y fue el acusador más duro de los conspiradores comunistas que intentaron en 1991 volver al poder.

No existen semejanzas con Azerbaiyán. Cuando Alíyev fue destituido del Politburó por Gorbachov, volvió a su república natal, desde donde observó la descomposición del nuevo sistema y esperó su hora. Hay algo trágicamente simbólico en el hecho de que Alíyev enviase a la cárcel al disidente. Elchibey en la etapa soviética, mientras ahora, con la democracia, Elchibey abandona el palacio presidencial para que en él se instale Alíyev. Los nuevos regímenes nacidos del hundimiento del comunismo han sido víctimas de revueltas nacionalistas en un clima de vertiginosa degradación de la situación económica. Casi todo el aparato administrativo y gran parte del político provienen del antiguo régimen. En estas condiciones, no es extraño que ciertos dirigentes del comunismo logren reinstalarse en posiciones clave. Sería erróneo deducir de ello que "el comunismo vuelve", pero sí es una indicación preocupante de la fragilidad de muchas convicciones democráticas y, como consecuencia, de la posible aceptación de regímenes autoritarios, sobre todo en momentos de graves dificultades.

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