Así, cualquiera ahorra

El Ayuntamiento de Madrid pregona el gran ahorro que está haciendo desde que es alcalde de la capital de España el señor Álvarez del Manzano; pero lo que no dice es cómo logra ahorrar.Trabajo en una guardería situada a 50 metros de un polideportivo municipal. Programo una actividad extraescolar para que los niños de cuatro años aprendan a nadar. Aprovechando la proximidad del polideportivo Barrio del Pilar, para que los niños y niñas no tengan que ir y venir en autocar, me pongo en contacto con el responsable de la piscina cubierta. No pido nada gratis, cuento mis objetivos y la intención de p...

El Ayuntamiento de Madrid pregona el gran ahorro que está haciendo desde que es alcalde de la capital de España el señor Álvarez del Manzano; pero lo que no dice es cómo logra ahorrar.Trabajo en una guardería situada a 50 metros de un polideportivo municipal. Programo una actividad extraescolar para que los niños de cuatro años aprendan a nadar. Aprovechando la proximidad del polideportivo Barrio del Pilar, para que los niños y niñas no tengan que ir y venir en autocar, me pongo en contacto con el responsable de la piscina cubierta. No pido nada gratis, cuento mis objetivos y la intención de pagar dicha actividad. Me dice este señor que me pueden alquilar las calles de la piscina y a la hora que yo crea conveniente, pero hay un pequeño problema: no hay monitores para enseñar a los niños, por lo menos, a no ahogarse.

Ante mi asombro (porque yo soy maestra, intento enseñar todo lo que sé, pero a nadar precisamente no les puedo enseñar), me proporcionan unos teléfonos (por cierto, no contestan) de la Federación Madrileña de Natación para que contrate por mi cuenta a los monitores y las horas necesarias para dicha actividad. ¿En manos de qué particular dejo a 20 niños en el agua? Yo, como intento aprender de los expertos, voy a dejar de ir a la compra y de esa forma todos los meses voy a ahorrar unas 100.000 pesetas.

Por desgracia, la derecha española nos obliga con sus actuaciones a caer en lo que admito es una simpleza, pero muy significativa y que repito continuamente: ¡Virgencita, que nos quedemos como estamos!-Coordinadora pedagógica de la guardería Infanta Cristina. Instituto de Salud Carlos III. Ministerio de Sanidad y Consumo.