Los dominicanos celebran su fiesta mientras esperan varias expulsiones
Unas 4.000 personas participaron ayer en la fiesta del Día de las Madres Dominicanas que se celebró en la residencia de ancianos de Vista Alegre (Carabanchel), de la Comunidad de Madrid. La jornada festiva fue organizada por el Voluntariado de las Madres Dominicanas en España, cuya presidenta, Bernarda Giménez Clemente, se mostró satisfecha por la participación, la solidaridad y el apoyo de los españoles a la reunión.Sólo hubo un incidente. Los responsables de Aduanas del Aeropuerto de Barajas impidieron que entraran alimentos típicos y ron, encargados para la fiesta.
Mientras, un grupo...
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Unas 4.000 personas participaron ayer en la fiesta del Día de las Madres Dominicanas que se celebró en la residencia de ancianos de Vista Alegre (Carabanchel), de la Comunidad de Madrid. La jornada festiva fue organizada por el Voluntariado de las Madres Dominicanas en España, cuya presidenta, Bernarda Giménez Clemente, se mostró satisfecha por la participación, la solidaridad y el apoyo de los españoles a la reunión.Sólo hubo un incidente. Los responsables de Aduanas del Aeropuerto de Barajas impidieron que entraran alimentos típicos y ron, encargados para la fiesta.
Mientras, un grupo de dominicanos está a la espera de que finalice la tramitación de un expediente de expulsión abierto por el Ministerio del Interior. Es el caso del presidente de la Unión de Inmigrantes Dominicanos en España (UIDE), Rafael Peña, que fue arrestado el pasado martes en el cuartel de la Guardia Civil de Aravaca cuando se interesaba por unos compatriotas detenidos en una redada.
Rafael Peña relató así el suceso: "Me dijeron que eso era asunto de ellos y ante mi insistencia un agente me tomó por el cuello y me empujó. Les dije que eran unos cabrones y en ese momento me detuvieron, me dieron un puñetazo y me insultaron".
Peña, que asegura que las actividades de la UIDE están sólo ligadas al movimiento migratorio, sostiene que de ser deportado a la República Dominicana se le estaría concediendo "un visado para la muerte", ya que es dirigente de la Unión Revolucionaria Camañista, de ideología comunista.