Cartas al director

Votar algo, mejor que nada

He esperado unos días por si veía en EL PAÍS alguna contestación a la preocupante carta al director del joven Sergio Cardiel, aparecida el pasado día 8 con el título ¿A quién volar? No ha habido por ahora una contestación explícita, aunque el magnífico artículo de Juan Luis Cebrián publicado el domingo 14 de marzo represente en el fondo una respuesta la mar de coherente y oportuna. No obstante, creo necesario dar a Sergio algunos consejos prácticos, seguramente útiles también a sus amigos jóvenes y a otros muchos ciudadanos atormentados por las mismas dudas. La política tiene que ser he...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

He esperado unos días por si veía en EL PAÍS alguna contestación a la preocupante carta al director del joven Sergio Cardiel, aparecida el pasado día 8 con el título ¿A quién volar? No ha habido por ahora una contestación explícita, aunque el magnífico artículo de Juan Luis Cebrián publicado el domingo 14 de marzo represente en el fondo una respuesta la mar de coherente y oportuna. No obstante, creo necesario dar a Sergio algunos consejos prácticos, seguramente útiles también a sus amigos jóvenes y a otros muchos ciudadanos atormentados por las mismas dudas. La política tiene que ser hecha por alguien. No es posible vivir en sociedad sin una organización más o menos dirigente, que podrá ser más o menos buena o más o menos mala. Esa organización estará formada por quienes sean aficionados y estén dispuestos a hacer la política, pero pueden haber sido elegidos o bien se habrán impuesto por la fuerza no hay otra posibilidad. Por ello debemos ser conscientes de que si no contribuimos con nuestra elección a una política un poquito menos mala no tendremos derecho a quejarnos: seremos también responsables de lo que ocurra.Yo le diría también a Sergio y demás lectores de EL PAÍS que recuerden el artículo de Francisco Ayala titulado Muerte del diablo, publicado el 28 de diciembre del pasado año. Ahí se recoge estupendamente algo que siempre hay que recordar: la sociedad no nos hace malos, nosotros somos malos y hacemos mala a la sociedad. Procuremos mejorarla.-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En