Cartas al director

Avenida de la Ilustración

En una maqueta, estas plazas habrán sido el regocijo y deleite de diseñadores novatos y políticos de fácil aceptación. No obstante, yo, como vecino a dichas plazas, lo que se dice disfrutarlas, no las disfruto excesivamente. Verán ustedes algunos de los motivos.En una maqueta, seguro que los adoquines que adornan la plaza no producirían el ruido al paso de los vehículos (con perdón) que me impiden abrir las ventanas (¡con lo que me han costado!).

Acerca de las columnas gordas, en realidad no se percibe su belleza debido a la publicidad que las aprisiona. Las columnas estrechas han sido ...

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En una maqueta, estas plazas habrán sido el regocijo y deleite de diseñadores novatos y políticos de fácil aceptación. No obstante, yo, como vecino a dichas plazas, lo que se dice disfrutarlas, no las disfruto excesivamente. Verán ustedes algunos de los motivos.En una maqueta, seguro que los adoquines que adornan la plaza no producirían el ruido al paso de los vehículos (con perdón) que me impiden abrir las ventanas (¡con lo que me han costado!).

Acerca de las columnas gordas, en realidad no se percibe su belleza debido a la publicidad que las aprisiona. Las columnas estrechas han sido ensombrecidas por los semáforos, que son los que realmente lucen (es broma), y a las columnas chicas las maltratan los coches en algún viernes alcohólico.

Dicen que hay cuatro fuentes. ¡Cómo habrán lucido sus chorritos en la maqueta! Ahora, los enormes agujeros que denuncian y delatan su existencia muerta son sumideros de basura. Motores y tuberías se estarán oxidando (gasto inútil).

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Creerán los lectores de EL PAÍS que he perdido el tiempo enviando esta carta. Pues también se equivocan. Y verán ustedes los motivos. Por un lado, me he quedado a gusto por haber intentado una protesta diferente al comentario de barra de bar; por otro, siempre existe una posibilidad de una lectura compasiva por parte de algún regio responsable (peloteo) que nos asfalte el ruido para siempre, y además, el tiempo iba a perderlo igual, ya que la he escrito en un viaje sin. adoquines ni plazas, que alguna ventaja tendrían que tener los aviones.-

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