El Banco de España limitará el acceso de bancos y cajas a los mercados monetarios para reducir riesgos

El Banco de España tiene intención de limitar el acceso de bancos y cajas de ahorro a los mercados monetarios que dependen de la autoridad monetaria para reducir los riesgos del sistema. Uno de sus directores generales, Gonzalo Gil, anunció ayer una amplia reforma en el sistema de pagos, dentro de una estrategia conjunta que se está debatiendo en la Comunidad Europea.La jornadas sobre el mercado monetario, que organiza anualmente Intermoney, iniciaron su vigésima reunión con el anuncio de importantes reformas en el sistema de pagos en España y en la CE. Después de varias intervenciones sobre p...

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El Banco de España tiene intención de limitar el acceso de bancos y cajas de ahorro a los mercados monetarios que dependen de la autoridad monetaria para reducir los riesgos del sistema. Uno de sus directores generales, Gonzalo Gil, anunció ayer una amplia reforma en el sistema de pagos, dentro de una estrategia conjunta que se está debatiendo en la Comunidad Europea.La jornadas sobre el mercado monetario, que organiza anualmente Intermoney, iniciaron su vigésima reunión con el anuncio de importantes reformas en el sistema de pagos en España y en la CE. Después de varias intervenciones sobre perspectivas del mercado en los próximos meses a cargo de varios expertos, uno de los directores generales del Banco de España explicó a varios centenares ole tesoreros y analistas de entidades financieras que asisten a las jornadas, la nueva filosofía sobre sistemas de pagos que se está debatiendo en el Comité de Gobernadores de bancos centrales de la CE.

Gonzalo Gil se refirió a la adecuación de los distintos sistemas de pagos a la Europa de la Unión Monetaria (UEM), que se realizará en dos etapas diferenciadas. Las primera de ellas ya está en marcha desde la entrada en vigor del Mercado único y la segunda directiva bancaria y la segunda está en periodo de estudio para implantarse en la última fase de la UEM. Gil habló de la "corriente dominante" de los actuales debates en el seno de la CE y apostó por un nuevo sistema de pagos que afectará tanto al mercado interbancario, como a la cámara de compensación, como al mercado informático, de anotaciones en cuenta de los miembros de la CE.

Según el director general del Banco de España, se están estudiando "fórmulas alternativas para el mantenimiento de un mínimo técnico de liquidación, pero con una definición distinta de la del actual coeficiente de caja". Gonzalo Gil río quiso precisar si la reforma llevaría consigo una nueva reducción de este coeficiente, o incluso su desaparición, como viene señalando el propio gobernador, Luis Ángel Rojo en sus últimas intervenciones. El coeficiente de caja se sitúa en la actualidad en el 3% de los depósitos de la Banca, después de la última reducción de diciembre, en que estaba en el 3,54%.

Más garantías

Gil explicó que la reforma intenta reducir los riesgos en estos mercados, mediante la implantación de garantías y de un sistema de reparto de pérdidas para las operaciones fallidas y un replanteamiento de todas las condiciones legales sobre los que se asientan estos sistemas. En concreto, el directivo del Banco de España se refirió a "obligar a las entidades a procesos de aseguramiento, establecer barreras de entrada que homogeneicen riesgos y que podrían dejar fuera a ciertas entidades, limitar su volumen de actividad u obligarlas a aportar garantías adicionales".A lo largo de su intervención y en una posterior conversación con periodistas, Gonzalo Gil no quiso entrar en detalles sobre la reforma. Sí aclaró, sin embargo, que "no se trata de dañar la flexibilidad del sistema de pagos que entre todos hemos conseguido" y que las reformas "no serán nada fáciles" para las entidades financieras.

Intervinieron también en la sesión inuagural lan Plenderleith, director asociado del Banco de Inglaterra, y los analistas Nieves García Santos, de Intermoney y José Luis Alzola, de Salomon Brothers. El representante británico insistió en que su país mantiene los objetivos de Maastricht, mientras que Nieves García calificó la inestabilidad de 1992 como "el final de una etapa". Alzola afirmó que la política económica en España había "sobrecargado el peso del ajuste en la política monetaria".

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