El etarra Zubieta reconoce que supo con antelación que se iba a atentar contra el cuartel de Vic

El etarra Juan José Zubieta Zubeldia admitió ayer ante la Audiencia Nacional que supo con antelación que se iba a atacar con un coche-bomba la casa cuartel de la Guardia Civil de Vic (Barcelona), en la que murieron nueve personas, entre ellas cinco niños. Pero dijo que cuando se cometió el atentado él se encontraba realizando "labores de jardinería". El fiscal, que pide para Zubieta un total de 1.390 años de cárcel, lanzó un mensaje expresando su preocupación porque, de aprobarse el nuevo Código Penal, "dentro de menos de cinco años Zubieta puede estar paseándose por Vic".

Al principio,...

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El etarra Juan José Zubieta Zubeldia admitió ayer ante la Audiencia Nacional que supo con antelación que se iba a atacar con un coche-bomba la casa cuartel de la Guardia Civil de Vic (Barcelona), en la que murieron nueve personas, entre ellas cinco niños. Pero dijo que cuando se cometió el atentado él se encontraba realizando "labores de jardinería". El fiscal, que pide para Zubieta un total de 1.390 años de cárcel, lanzó un mensaje expresando su preocupación porque, de aprobarse el nuevo Código Penal, "dentro de menos de cinco años Zubieta puede estar paseándose por Vic".

Al principio, Zubieta se mostró sorprendido por la presencia de cinco cámaras de televisión, en uno de los escasísimos juicios a etarras en los que se les permite la entrada. Después, el etarra decidió actuar y no regateó levantamientos de puño, guiños de ojo y sonrisas satisfechas a un puñado de simpatizantes, alguno de los cuales se cubrió el rostro con la chaqueta cada vez que las cámaras hacían un barrido de los bancos del público.El atentado fue perpetrado el 29 de mayo de 1991 con un coche bomba que contenía 216 kilos de explosivos y que fue deslizado por una rampa contra la casa cuartel en la que vivían 28 familias de guardias, entre las que se contaban 15 o 20 niños. Dos de los autores materiales, Juan Carlos Monteagudo y Juan Félix Erezuma, fallecieron al día siguiente en un enfrentamiento con la Guardia Civil, tras ser localizados en un chalé de la localidad de Lliça d'Amunt. Zubieta fue capturado y, según el fiscal, participó en los hechos acompañando a Monteagudo y Erezuma y conduciendo el coche.

El etarra aceptó contestar a las preguntas del fiscal, pero "sin entrar en detalles" sobre el atentado de Vic, cuya planificación conocía aunque ayer negase su participación en dicha acción". Según declaró, cuando se produjo el atentado, él se encontraba en el chalé "haciendo labores de jardinería, como una coartada para aparentar una vida normal".

"¿Y usted vino de Francia sólo para hacer labores de jardinería?". La ironía del fiscal Ignacio Gordillo dio resultado, pues Zubieta admitió que entre sus "objetivos" para "continuar la lucha armada" se encontraba atentar contra casas cuartel de la Guardia Civil, aunque, según dijo, "no participé en ése". Al final del juicio, dijo que tenía conocimiento de que en ese atentado se pusieron "todos los medios humanos para que no tuviese un desenlace fatal".

El fiscal Ignacio Gordillo calificó el atentado como "uno de los más bárbaros, alevosos y cobardes" que se han juzgado en la Audiencia Nacional, cuya única finalidad fue la de "provocar el mayor número de muertes posibles", y acusó a Zubieta de ser "autor directo" de nueve asesinatos y otros 44 asesinatos frustrados.

El fiscal lamentó que con la legislación actual, el máximo de 30 años de condena quedaría reducida a 12 o 14 años, pero su verdadera preocupación, según explicó, consiste en que el proyecto de Código Penal contempla reducir a 20 el máximo de años de cumplimiento por un delito terrorista.

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Paseando por Vic

"La realidad" siguió Gordillo, "es que si ahora salen en 12 o 14 años, con el nuevo Código, al aplicarse la pena más favorable al reo, Zubieta no estaría más de siete años. Si se descuentan los dos que lleva en prisión preventiva, dentro de menos de cinco años puede estar paseándose por las calles de Vic, cuando algunos de estos niños de la casa cuartel no hayan ni cumplido los 12 años".

Los guardias civiles de Vic que declararon como testigos significaron que los niños "tenían colegio por la mañana" y que "sólo por la tarde podían encontrarse en el patio del cuartel". A las siete de la tarde, hora del atentado, habitualmente había 10 o 12 niños jugando en el patio.

El etarra se negó a contestar a las preguntas de los acusadores que representan a las familias de los fallecidos y a la asociación Víctimas del Terrorismo. El primero le definió con sarcasmo como "un santo varón, amante de las flores y la jardinería". Entre las preguntas que no quiso contestar figura la siguiente: "¿Considera lucha armada matar niños?".

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