La Almudena pone a la venta 12 capillas de la catedral madrileña ante la visita del Papa

Sólo san Isidro, el patrón, y su esposa, santa María de la Cabeza, tendrán una capilla gratis en la Almudena, la catedral de Madrid. Las 12 restantantes han sido puestas a la venta a un precio que oscila entre los 30 y 40 millones de pesetas. El Opus Dei ya tiene una, que dedicará al culto de su fundador, el beato José María Escrivá de Balaguer. Todo para que el templo, que comenzó a construirse en 1883, esté listo para la visita del Papa, que comienza el próximo 12 de junio su cuarto viaje a España. El presupuesto de las obras, reiniciadas en 1985, supera los 2.000 millones de pesetas.
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Sólo san Isidro, el patrón, y su esposa, santa María de la Cabeza, tendrán una capilla gratis en la Almudena, la catedral de Madrid. Las 12 restantantes han sido puestas a la venta a un precio que oscila entre los 30 y 40 millones de pesetas. El Opus Dei ya tiene una, que dedicará al culto de su fundador, el beato José María Escrivá de Balaguer. Todo para que el templo, que comenzó a construirse en 1883, esté listo para la visita del Papa, que comienza el próximo 12 de junio su cuarto viaje a España. El presupuesto de las obras, reiniciadas en 1985, supera los 2.000 millones de pesetas.

El Patronato de la Almudena, recuperando de alguna manera una tradición medieval, ha puesto a la venta no sólo las capillas, sino también unas 60 sepulturas de la cripta de la catedral, a precios que oscilan entre el millón y los tres millones de pesetas, según Antonio Astillero, vicario episcopal y delegado del arzobispo de Madrid, el cardenal Ángel Suquía, en este proyecto.Las capillas han sido ofrecidas a congregaciones y órdenes religiosas, así como a movimientos apostólicos como el Opus Dei, que tendrá por vez primera en España un lugar de culto a su fundador en una catedral. También han adquirido una capilla para el culto de la Virgen del Camino, su patrona, los neocatecumenales, movimiento de carácter neoconservador fundado por el español Kiko Argüello. "Hemos adjudicado ya 10 capillas", señala Astillero.

Un altar en la iglesia

Los propietarios de estos espacios deberán costear además su ornamentación y mantenimiento, por lo que el precio pagado por las capillas servirá para financiar otras obras de la catedral, que tiene todo su suelo recubierto de mármol. Las órdenes o congregaciones Trinitarias, Teresianas, Mercedarias, Adoratrices y otras han comprado una capilla para que su fundador o fundadora, ostente la categoría de beatificación o canonización, tenga un altar en la Almudena.Astillero indica que, de esta operación "de adjudicación" de las capillas, el Patronato espera obtener unos 500 millones de pesetas, que se unirán a los 630 que, en donativos anuales de 70, viene realizando "el pueblo de Madrid desde l985", cuando el cardenal Suquía decidió impulsar la finalización del templo inacabado.

Las obras fueron paralizadas por última vez durante el mandato de Carlos Arias Navarro (1965-1973) como alcalde de Madrid, cargo que abandonó cuando fue nombrado ministro de la Gobernación, en el ocaso del franquismo. "Fue cuando la Iglesia comenzó a distanciarse del Gobierno y a dar cobijo a reuniones de: críticos con la dictadura", ilustra Astillero. El presupuesto global de las obras, que supera los 2.000 millones de pesetas, se completa con las aportaciones realizadas por empresarios: "Entre 500 y 600 millones en total", puntualiza el vicario general de Suquía, "gracias a la mediación del presidente del Gobierno, Felipe González".

Mediación de González

La mediación de González se produjo en julio de 1997, cuando recibió al Patronato de la Almudena, que preside el teniente general Ivaro Lacalle Leloup, que fue presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y está vinculado al Opus Dei. Las cantidades restantes serán aportadas por los miembros de la Fundación de la Almudena: el Arzobispado de Madrid, el Ayuntamiento, la Comunidad Autónoma, Caja de Madrid, la Cámara de Comercio y la Asociación de la Prensa.Los trabajos de la catedral, "que dan empleo a 360 personas", enfatiza Astillero, no paran desde hace. unos meses. Los festivos y días de guardar, así como las noches, son horas de trabajo para los obreros, divididos en tres turnos diarios. Las paredes todavía están desnudas y los obreros pulen ahora el mármol. Las obras, aseguran los trabajadores, estarán concluidas para el próximo día 15, cuando el Papa presidirá la misa y el acto de consagración de la catedral, que tiene una capacidad para 3.000 personas.

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