ELECCIONES 6 DE JUNIORADIOGRAFÍA AUTONÓMICA

El reinado de don Manuel

El huracán Manuel Fraga ha dejado a Galicia en calma. Con su llegada a la presidencia de la Xunta, la región ha dejado de ser una comunidad inmersa en un permanente sobresalto político. El fundador y refundador del PP logró en diciembre de 1989 la primera mayoría absoluta de la historia de la autonomía, lo que le ha permitido gobernar a sus anchas y mantener a raya a las tradicionalmente alborotadas familias de la derecha. En su cuarto año de mandato, Fraga maneja un presupuesto superior en un 138% al legado por sus antecesores. A pesar de ello, la Xunta no ha podido evitar que la econo...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El huracán Manuel Fraga ha dejado a Galicia en calma. Con su llegada a la presidencia de la Xunta, la región ha dejado de ser una comunidad inmersa en un permanente sobresalto político. El fundador y refundador del PP logró en diciembre de 1989 la primera mayoría absoluta de la historia de la autonomía, lo que le ha permitido gobernar a sus anchas y mantener a raya a las tradicionalmente alborotadas familias de la derecha. En su cuarto año de mandato, Fraga maneja un presupuesto superior en un 138% al legado por sus antecesores. A pesar de ello, la Xunta no ha podido evitar que la economía gallega siga deteriorándose a un ritmo superior a la media nacional.En las elecciones autonómicas de 1981 había triunfado ampliamente el centro derecha, pero el teórico empate entre AP y UCD se reflejó en un Gobierno débil. La efímera Coalición Popular tampoco obtuvo la mayoría absoluta en los comicios de 1985. La derecha acabó hundiéndose entre su propio laberinto de baronías locales, y sólo dos años después el socialista Fernando González Laxe obtenía la presidencia a través de la primera moción de censura aprobada en España. Los populares perdieron el Gobierno por culpa del hasta entonces vicepresidente, Xosé Luis Barreiro, que intentó hacerse con el control de la Xunta y, al fracasar, se pasó al nacionalismo de centro y pactó. con el PSOE.

Gallegos hastiados

El espectáculo de aquella rocambolesca moción de censura hastió a los gallegos. Fraga volvió a su tierra para presentarse como el hombre providencial en una situación crítica, y alcanzó la mayoría absoluta.

Con el control del Parlamento y su autoridad moral sobre las familias populares, el fundador del PP ha maniobrado sin agobios durante todo su mandato. Empeñado en dar una imagen de solidez, ha mantenido el mismo Gobierno con reajustes. Ni siquiera le animó a forzar cambios en la Xunta la revelación de que el consejero de Industria, Juan Fernández, no había pagado a Hacienda durante cuatro años.

Poco lucimiento del PSOE

La oposición ha tenido pocas ocasiones para el lucimiento. El PSOE ha comenzado a emplearse a fondo al final de la legislatura. Hasta hace poco permanecía encorsetado por las excelentes relaciones entre Fraga y el Gobierno central, interrumpidas en los últimos meses tras la negativa de Felipe González a negociar la propuesta de Administración única del presidente de la Xunta. Durante largos periodos, el PP sólo se ha visto inquietado por los gestos parlamentarios del temperamental líder del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Xosé Manuel Beiras.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La mayoría absoluta ha servido al PP para rechazar comisiones de investigación, ignorar las peticiones de comparecencia de Fraga o promover la imposición a todos los demás grupos de una reforma del reglamento de la Cámara para que el Gobierno pueda intervenir siempre sin derecho a réplica. También le ha permitido dominar organismos públicos como la radio y la televisión: según un informe remitido hace unos días por el comité de empresa de la radio autonómica a la comisión parlamentaria de control de RTVG, el 87% de las noticias políticas y económicas difundidas por la emisora el pasado mes de febrero se había elaborado a partir de fuentes del Gobierno gallego o del PP.

En contra del resto de los partidos, el PP ha forzado una reforma electoral que favorece claramente a las mayorías. La nueva ley eleva del 3% al 5% el límite mínimo de votos para obtener diputados en una circurinramente permitiría consolidar los tres grandes bloques políticos que se han formado en los últimos cuatro años: un PP hegemónico, un PSOE que parece estabilizado en torno al 30% de los votos, y un nacionalismo en auge, capitalizado por la organización de origen más radical, el BNG.

En una de sus escasas comparecencias parlamentarias, durante el último debate sobre el estado de la autonomía, Fraga proclamó que su Gobierno había encabezado "el mayor esfuerzo que ha hecho nunca una comunidad autónoma" para mejorar sus infraestructuras.En su primer presupuesto, el Gobierno de Fraga ya había anunciado que estaba dispuesto a endeudarse "porque hay muchas carencias que atender y muy poco tiempo para hacerlo". El PP se estrenó incrementando el presupuesto como ningún Ejecutivo anterior: un 25,33%. Durante todo el cuatrienio, los recursos gestionados por la Administración han crecido un 138%. Si bien una parte importante de este aumento cabe atribuirla al traspaso del Insalud en 1992, aunque se descuenten los gastos en Sanidad, el crecimiento presupuestario sería del 73,10%. El último Gobierno de González Laxe gestionó cerca de 283.000 millones de pesetas, y Fraga dispone para este año de casi 676.0W.

Gastos improductivos

La oposición sostiene que una parte importante de estos recursos se han ido en gastos improductivos; por ejemplo, nóminas de personal, publicidad o inversiones "despilfarradoras", como los acontecimientos del Xacobeo (en los que la Xunta afirma invertir unos 25.000 millones). El diputado socialista Fernando Salgado asegura que se ha puesto en peligro la estabilidad presupuestaria por el recurso a la deuda pública. En cuatro años se han suscrito unos 200.000 millones, lo que, según Salgado, supone un incremento de las cargas financieras del 730% desde 1989. "A partir de 1994, la mayor parte de los recursos deberán destinarse a pagar las cargas de los créditos", augura el diputado del PSOE.

La Xunta insiste en que el objetivo de su expansión presupuestaria ha sido financiar inversiones en infraestructuras básicas, y afirma que ha recurrido a la deuda con "prudencia". Como prueba, esgrime el amplio margen de endeudamiento de que todavía dispone: las cargas financieras no superan el 5,75% de los ingresos corrientes, frente al límite legal del 25%.

A pesar de que los recursos manejados por el Gobierno autónomo suponen alrededor de un 20% del PIB de Galicia, la expansión presupuestaria no ha logrado frenar el deterioro económico. Sea por la coyuntura nacional e internacional, como arguye Fraga, sea por la "incapacidad" de la Xunta, según la oposición, los indicadores económicos son cada día peores. Así, el PIB per cápita de Galicia permanece desde hace seis años estancado en torno al 80% de la media nacional. Según la última encuesta de población activa de 1992, el índice de desempleo se i mantiene por debajo de la media nacional (17,05% frente al 20,06%), pero Galicia fue la comunidad donde más aumentó el paro el año pasado, un 3,9%. En los últimos cinco años, casi uno de cada tres españoles que se quedó sin trabajo era gallego.

Sobre la firma

Archivado En