Los ecologistas aseguran que el águila imperial sufrirá por la obra

Los ecologistas creen que el águila imperial pagará los platos rotos de la obra que llevará más agua a Madrid, y quieren denunciar el proyecto ante la Comunidad Europea. Santiago Martín Barajas, portavoz de la Asociación de Amigos de la Naturaleza (Aedenat), duda de las buenas intenciones del proyecto, que atraviesa el rincón suroccidental de la región, y apunta que la actuación tiene por objetivo "dar trabajo a las grandes constructoras en un momento de crisis en el sector".

Aedenat no comprende cómo una obra tan agresiva para la zona de monte no tiene declaración de impacto ambien...

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Los ecologistas creen que el águila imperial pagará los platos rotos de la obra que llevará más agua a Madrid, y quieren denunciar el proyecto ante la Comunidad Europea. Santiago Martín Barajas, portavoz de la Asociación de Amigos de la Naturaleza (Aedenat), duda de las buenas intenciones del proyecto, que atraviesa el rincón suroccidental de la región, y apunta que la actuación tiene por objetivo "dar trabajo a las grandes constructoras en un momento de crisis en el sector".

Aedenat no comprende cómo una obra tan agresiva para la zona de monte no tiene declaración de impacto ambiental y tampoco el motivo de que haya sido declarada de urgencia. Martín Barajas anunció que Aedenat denunciará este proyecto ante la CE por atentar contra una zona protegida por la existencia del águila imperial y que solicitará una investigación parlamentaria para conocer los detalles de una urgencia que se considera innecesaria.

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La Asociación para la Defensa de la Naturaleza (Adena), por su parte, considera un atentado el trazado escogido, porque "ha provocado la destrucción masiva de la cubierta vegetal, poniendo en peligro la supervivencia de dos especies en peligro de extinción: el águila imperial y el buitre negro".

La población mundial del águila imperial se estima en 120 parejas. La Comunidad Europea, además, había subvencionado con varios millones la creación de una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) para proteger este ejemplar entre El Escorial y San Martín de Valdeiglesias.

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La Confederación Hidrográfica del Tajo, responsable de la conducción de Picadas, niega que el trazado de la conducción afecte a ningún nido de águila imperial. Pero dos periodistas de EL PAÍS observaron el pasado miércoles al águila planeando sobre las máquinas de una de las constructoras.

La confederación sólo destaca los aspectos positivos de la actuación para los ciudadanos: "Ante la escasa utilización del no Alberche, se ha previsto una conexión desde este río para incrementar el abastecimiento a la capital de España". Obras Públicas estima en 640 hectómetros cúbicos la aportación media del Alberche y en 220 su uso máximo ahora. Por tanto, está infrautilizado y puede ayudar al consumo de Madrid.

La Confederación Hidrográfica del Tajo sí admite que durante la construcción "es evidente que la afección medioambiental será mayor por las excavaciones necesarias, que incluyen voladuras y el movimiento de maquinaria". Pero recalca que la única señal del paso de la conducción -aparte de las dos altas torres de 70 metros, punto que destacan los ecologistas en su preocupación por las aves- serán las zanjas que servirán de cortafuegos.

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