El Ayuntamiento privado

El PP ha colgado el cartel de "se traspasa". Sus concejales, al grito de "lo privado es más barato", siguen entregando los servicios municipales a empresas particulares. Esperanza Aguirre, responsable de Medio Ambiente y Cultura, va en vanguardia. Ahora quiere ceder el Teatro de Madrid a un promotor. Pero la oposición y los sindicatos claman: el Ayuntamiento, pese a ser por ley el responsable, acaba escaqueándose cuando llegan las huelgas o baja la calidad en los servicios público-privados, como en la limpieza y las basuras....

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El PP ha colgado el cartel de "se traspasa". Sus concejales, al grito de "lo privado es más barato", siguen entregando los servicios municipales a empresas particulares. Esperanza Aguirre, responsable de Medio Ambiente y Cultura, va en vanguardia. Ahora quiere ceder el Teatro de Madrid a un promotor. Pero la oposición y los sindicatos claman: el Ayuntamiento, pese a ser por ley el responsable, acaba escaqueándose cuando llegan las huelgas o baja la calidad en los servicios público-privados, como en la limpieza y las basuras.

Un comienzo de opereta

El Teatro de Madrid está enclavado junto al centro comercial La Vaguada, lejos de la red de salas del corazón de la ciudad. Tiene 600 butacas y en su corta vida ha sufrido ya muchos avatares. Las obras comenzaron en enero de 1986, pero en los dos años siguientes los trabajos de la edificación se paralizaron.En 1990, con vistas a la capitalidad cultural de Madrid, los obreros volvieron. La primera fase costó 500 millones; la segunda, 800. Es decir, el teatro costó al final 1.300 millones de pesetas, pero no pudo, contra lo que estaba previsto, inaugurar los actos del 92.

Inauguración con orquesta

Los actores que iban a dar vida a la zarzuela Jugar con fuego, de Ventura de la Vega y Barbieri, iban a ser los primeros en subir a su escenario, el 12 de enero de 1992, con el márchamo del Madrid Capital Cultural. Pero la compañía ópera Cómica no había firmado el contrato con el consorcio a finales de diciembre de 1991, cuando los obreros aún eran los únicos actores en el teatro de Madrid. Jugar con fuego, que se aplazó hasta el mes de junio, era la primera de las nueve obras líricas que se iban a representar en el auditorio de la Vaguada.

Mientras el ex concejal de Cultura Pedro Ortiz aseguraba que el escenario estaba listo para el ensayo de la zarzuela, el alcalde, José María Álvarez del Manzano, lo inauguró el 12 de enero, pero, en vez de actores, una orquesta animó al respetable.

Madrid Capital Cultural tuvo que abrir sus puertas con un género menos madrileño, el flamenco, en el teatro Alfil y 48 horas más tarde de lo previsto.

El 2 de febrero, por fin, llegó una zarzuela (Los hijos del capitán Grant, del maestro Caballero) al teatro de Madrid, considerado el mejor dotado de la capital después del de la ópera.

Ahora mismo, 600 espectadores pueden ver los movimientos de los bailarines de Nacho Duato (actualmente en cartel). Una reforma pendiente ampliará el aforo hasta 720 plazas. Su patio de butacas, diseñado según el modelo de los anfiteatros romanos, facilita la visibilidad desde todos los ángulos.

El escenario, considerado en el medio artístico como uno de los tres mejores de España, tiene una plataforma de orquesta móvil, con elevadores hidráulicos que permiten tres alturas distintas y seis juegos diferentes de luces. Su acústica y el gran foso para la orquesta han sido alabada por la crítica.

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