Francia congela la apertura de nuevos "hiper" en zonas rurales

El Gobierno francés ha decidido suspender las autorizaciones para la construcción de cualquier nuevo hipermercado en zona rural. La medida, anunciada por Edouard Balladur, tiene como principal objetivo evitar "la desertización" de los pequeños negocios. Se calcula que, en el campo, un hiper atrae a compradores de hasta 60 kilómetros a la redonda. Francia cuenta, en la actualidad, con 945 hiper y más de 7.000 super.

Las grandes superficies comerciales monopolizaban, en 1992, el 42,9% del volumen de ventas. Este porcentaje aumenta considerablemente, hasta el 61,9%, si se considera sólo el...

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El Gobierno francés ha decidido suspender las autorizaciones para la construcción de cualquier nuevo hipermercado en zona rural. La medida, anunciada por Edouard Balladur, tiene como principal objetivo evitar "la desertización" de los pequeños negocios. Se calcula que, en el campo, un hiper atrae a compradores de hasta 60 kilómetros a la redonda. Francia cuenta, en la actualidad, con 945 hiper y más de 7.000 super.

Las grandes superficies comerciales monopolizaban, en 1992, el 42,9% del volumen de ventas. Este porcentaje aumenta considerablemente, hasta el 61,9%, si se considera sólo el sector de la alimentación. En 1970, los pequeños comerciantes suponían el 81 % del negocio.Las reacciones no se han hecho esperar. Para Lucien Rebufel, presidente de la Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas, Ia decisión es sensata, justa y sabia".

Rebufel cree que "queda aún lugar para los hipermercados pero hay 'que cuestionar su implantación anárquica, su tendencia al monopolio y sus prácticas dudosas respecto a los proveedores". Las Cámaras de Comercio también aplaudieron la medida.

Chivo expiatorio

Pero Michel Leclerc, presidente de una sociedad que controla 261 hipermercados, teme que Balladur caiga "en la trampa del corporativismo".También Leclerc muestra su preocupación por "el despertar de las viejas fuerzas dirigistas y populistas" al pretender que "los hipermercados sean el chivo expiatorio de las limitaciones de la política de ordenación del territorio cuando aportamos la mitad del presupuesto del Esta do para ayudar al comercio rural".

El primer hipermercado de Francia se abrió en 1963. Hasta 1967 sólo había 11 en funcionamiento y, en el momento de aprobarse la llamada Ley Royer, que en 1973 quiso regular las nuevas formas de comercio, éstos ya ascendían a 150. Dicha ley limitaba la superficie de los locales -entre 1.000 y 1.500 metros cuadrados- y creaba comisiones de concejales, comerciantes, artesanos y consumidores para que autorizasen su apertura.

Pero esta ley ha sido desnaturalizada desde el momento en que permite instalar nuevos hiper junto a los ya existentes, de manera que hoy su superficie media supera los 2.500 metros cuadrados y algunos centros tienen más de 20.000.

Además, la voluntad de las comisiones de control se ha revelado frágil y los 150 millones de francos (más de 3.000 millones de pesetas) que Leclerc ha vertido en 1992 para ayudar a la reconversión también han servido para ganarse la voluntad de los reconvertidos.

La medida ha sido interpretada como un gesto para calmar los ánimos de los pequeños empresarios y agricultores que votaron, mayoritariamente, a favor de los conservadores.

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