Cartas al director

La gesta del general

Acabo de leer que, gracias a la tenacidad y al valor de un general francés, Philippe Morillon, se ha conseguido llevar alimentos y medicinas a los ciudadanos sitiados de la población de Srebenica, en Bosnia oriental.Para la mayoría de las personas, las noticias procedentes de la actual guerra en la antigua Yugoslavia nos hacen caer en un profundo pesimismo, existiendo además un clima generalizado de fatalismo conformista en torno a este conflicto que parece convencernos de nuestra impotencia como ciudadanos de a pie de modificar la evolución de esta matanza.

La gesta de este general deb...

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Acabo de leer que, gracias a la tenacidad y al valor de un general francés, Philippe Morillon, se ha conseguido llevar alimentos y medicinas a los ciudadanos sitiados de la población de Srebenica, en Bosnia oriental.Para la mayoría de las personas, las noticias procedentes de la actual guerra en la antigua Yugoslavia nos hacen caer en un profundo pesimismo, existiendo además un clima generalizado de fatalismo conformista en torno a este conflicto que parece convencernos de nuestra impotencia como ciudadanos de a pie de modificar la evolución de esta matanza.

La gesta de este general debería convencernos de la capacidad que tiene un solo individuo de cambiar la historia, sobre todo cuando su actuación está firmemente basada en la justicia y en la razón; o, mejor aún, cuando lucha contra la injusticia y la sinrazón desorbitada que supone el condenar a un colectivo a padecer numerosas calamidades, basadas en dudosos argumentos étnicos, raciales o de cualquier otro tipo.

Probablemente este tipo de personas, como el general Morillon, esté construido de una pasta especial y la mayoría de los individuos no seamos capaces de exponer nuestra seguridad por una causa altruista; de todas formas, su acción debe hacernos reflexionar y posiblemente lleguemos a la conclusión de que estas guerras y otros conflictos similares no se producirían si dejáramos por un momento de perseguir nuestros ridículos y mezquinos intereses y simplemente expresáramos nuestra opinión contraria a ellas públicamente.-

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