González y Guerra se entrevistan 24 horas antes de la ejecutiva

Felipe González y Alfonso Guerra tienen este viernes en sus manos la que parece última oportunidad para encontrar una salida pactada a la crisis del partido socialista. El secretario general del PSOE intentará convencer en una reunión secreta a su número dos de que ya es imposible seguir negando la responsabilidad del PSOE en el caso Filesa. El sábado, la ejecutiva tendrá la última palabra.

El presidente González, en una iniciativa que tomó desprevenido a todo el mundo, se desplazó el miércoles a una localidad austriaca para entrevistarse con el canciller federal alemán, Helmut Kohi. Fu...

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Felipe González y Alfonso Guerra tienen este viernes en sus manos la que parece última oportunidad para encontrar una salida pactada a la crisis del partido socialista. El secretario general del PSOE intentará convencer en una reunión secreta a su número dos de que ya es imposible seguir negando la responsabilidad del PSOE en el caso Filesa. El sábado, la ejecutiva tendrá la última palabra.

El presidente González, en una iniciativa que tomó desprevenido a todo el mundo, se desplazó el miércoles a una localidad austriaca para entrevistarse con el canciller federal alemán, Helmut Kohi. Fue la única nota que vino a interrumpir las horas de reflexión que se han tomado el jefe del Gobierno y los diferentes protagonistas de la crisis del PSOE.Todo el partido está pendiente del sábado, cuando González planteará a la comisión ejecutiva federal los mismos argumentos dados a conocer un día antes a Guerra: La preocupación de los socialistas reside en la posibilidad de que González opte por dimitir si se rechazan sus planteamientos. Dirigentes de diversas tendencias siguen tratando de mediar entre las partes y mantienen su propuesta de que un comité político, en el que estaría Ramón Jáuregui, dirija el partido hasta las elecciones.

La principal cuestión a debatir en la reunión del sábado es la decisión del secretario de organización, Txiki Benegas, de poner su puesto a disposición de la ejecutiva y del secretario general, pero no por el asunto Filesa, sino por que "algunos ministros y renovadores de la nada" -como dijo en su carta de renuncia- habían aprovechado el escándalo, a su juicio, para deslegitimar a la ejecutiva. El objetivo de González es lograr que se dé una respuesta política ante la opinión a las acusaciones de corrupción que llueven sobre el partido.

Joaquín Leguina, presidente de Madrid, dijo ayer que la pregunta a responder públicamente es ésta: "¿Quién dio la orden de crear Filesa?".

Página 11

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