"Vamos a suicidarnos, cariño"

Juzgado un hombre por intentar convencer a su esposa para quitarse la vida

Enrique Alguacil fue juzgado ayer en Valencia para saber si dijo: "Sin ti no vale la pena vivir", y a continuación propuso a su esposa que ambos se suicidaran, o si bien manifestó: "Antes muerta, que separada" y obligó a la mujer a ingerir un gran número de fármacos. La fiscal es partidaria de la segunda hipótesis, pero la defensa mantiene que ambos intentaron quitarse la vida de mutuo acuerdo, tal como recoge un documento firmado por la esposa, Purificación Fornés, donde anuncia su intención de abandonar este mundo.Enrique sólo tomó una o (los píldoras, por si acaso. De cualquier manera, las ...

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Enrique Alguacil fue juzgado ayer en Valencia para saber si dijo: "Sin ti no vale la pena vivir", y a continuación propuso a su esposa que ambos se suicidaran, o si bien manifestó: "Antes muerta, que separada" y obligó a la mujer a ingerir un gran número de fármacos. La fiscal es partidaria de la segunda hipótesis, pero la defensa mantiene que ambos intentaron quitarse la vida de mutuo acuerdo, tal como recoge un documento firmado por la esposa, Purificación Fornés, donde anuncia su intención de abandonar este mundo.Enrique sólo tomó una o (los píldoras, por si acaso. De cualquier manera, las pastillas no eran precisamente letales -únicamente provocan sueño, aunque se tomen en grandes cantidades-, circunstancia desconocida por el matrimonio. Tras dos días en el hospital, la mujer volvió a la normalidad.

Los hechos ocurrieron en el verano de 1991 en Xátiva (Valencia). La pareja, con dos hijos y 14 años de convivencia, atravesaba una racha de peleas y discusiones. El marido propuso a su esposa el doble suicidio en el domicilio conyugal. "Hablamos de separarnos. Al decidir hacerlo, pensamos en suicidarnos", explicó ayer el procesado. Antes, sin embargo, tuvieron la precaución de firmar un papel, aportado al sumario, en el que concretaban sus deseos.

Purificación no quiso declarar ayer, para no perjudicar al acusado, pero ante la policía manifestó que nunca pensó en suicidarse, que tomó las pastillas amenazada y que firmó el papel bajo presiones. Tras los primeros efectos de la somnolencia, llegó un momento en que ya le daba igual "vivir o morir". Horas después despertó y pudo alcanzar la calle, donde la recogieron unos familiares.

Enrique indicó que estuvo "dos o tres días" dormido por el efecto de los fármacos, pero aquella misma tarde le vieron en moto unas amigas de su esposa. Cuando éstas le preguntaron por Purificación, Enrique fue muy lacónico. "Está muerta", dijo, y continuó su camino.

El defensor recordó los antecedentes de suicidio frustrado de la esposa y manifestó que Purificación intentó retirar la denuncia unos días después de los hechos. La pareja vive desde entonces separada- de hecho.

La fiscal pide ocho años de prisión para Alguacil por un delito de parricidio en grado de tentativa imposible, mientras la defensa reclama la absolución.

"Fue una locura", declaró él tras la sesión judicial. Ahora, Enrique y Purificación sólo quieren olvidarlo todo, pero los fogonazos de los fotógrafos se lo impidieron ayer. Tampoco la fiscal facilita que la pareja borre de su memoria aquel suceso. El juicio, además, continuará.

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