Cábalas para el futuro de Rusia

Nueve hipótesis para resolver la profunda crisis institucional

¿Cómo se resolverá la crisis política que enfrenta a las instituciones centrales del Estado en la Federación Rusa? Tan sólo un ordenador especialmente programado para el cálculo de integrales complejas habría sido capaz de indicar ayer cuál de las muchas posibilidades existentes es la buena.Sin embargo, he aquí algunas de las variantes que, a su vez, pueden combinarse entre si, a gusto de toda suerte de politólogos y adivinos:



1
. Una consulta popular sobre la confianza al presidente. El derecho de Borís Yeltsin a tal plebiscito está ya fuera de discusión. Tal como está pl...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

¿Cómo se resolverá la crisis política que enfrenta a las instituciones centrales del Estado en la Federación Rusa? Tan sólo un ordenador especialmente programado para el cálculo de integrales complejas habría sido capaz de indicar ayer cuál de las muchas posibilidades existentes es la buena.Sin embargo, he aquí algunas de las variantes que, a su vez, pueden combinarse entre si, a gusto de toda suerte de politólogos y adivinos:

1. Una consulta popular sobre la confianza al presidente. El derecho de Borís Yeltsin a tal plebiscito está ya fuera de discusión. Tal como está planteada, no tendría validez jurídica, aunque sí moral y política.

2. Una consulta popular sobre la confianza al presidente que apruebe símultáneamente la nueva Constitución y la ley de elecciones. Es una fórmula heterogénea de dudosa legalidad. Para que la consulta pueda servir para aprobar legalmente tales documentos, debería haber sido decidida por el Congreso de los Diputados, lo que no ha sucedido.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

3. Elecciones simultáneas del presidente y el Parlamento conservando el mismo sistema (el Sóviet Supremo y el Congreso). Si Yeltsin triunfara, tendría ante sí las mismas estructuras, pero con caras nuevas y tal vez más organizadas que ahora. No garantiza un Parlamento más dócil.

4. Elecciones simultáneas del presidente y el Parlamento previa reforma del sistema. Favorecerían al primero, si la reforma va en dirección a una república presidencial. Al segundo, si va hacia una república parlamentaria.

5. Continuación de la lucha por el poder y repetición de las mismas secuencias hasta el agotamiento. Supone una pérdida de control sobre la sociedad, que funcionaría en régimen espontáneo, con el reforzamiento de las tendencias centrífugas en repúblicas y provincias que configuran la Federación Rusa.

6. Golpe de Estado protagonizado por alguna de las fuerzas en conflicto (u otras), si alguien pudiera y quisiera organizar una intervención militar, no necesariamente sangrienta. El cambio de legitimidad podría ocurrir a partir de un detalle trivial, como el desalojo de alguno de los actores del drama de su puesto de trabajo.

7. Guerra civil en caso de que el agente del golpe de Estado no se impusiera, y la otra u otras fuerzas en conflicto movilizaran a parte de los poderes fácticos, que se dividirían.

8. Victoria del Congreso por la vía legal del cese del presidente. Poco probable, porque necesita para ello dos tercios del superparlamento de 1.030 diputados.

9. El presidente se transforma en una figura decorativa, atado de pies y manos por el Congreso, después de que éste enmiende la Constitución al efecto.

Sobre la firma

Archivado En