El Papa critica la existencia de "publicaciones ofensivas" contra la fe religiosa
El Papa denunció ayer la existencia de "publicaciones muy ofensivas" contra el sentimiento religioso. En la misma jornada, Juan Pablo II proclamó dos nuevas santas de la Iglesia Católica: la chilena Teresa de Jesús de los Andes y la francesa Claudine Thevenet.
"El nombre de Dios es santo, exige reverencia y amor, pero por desgracia a menudo se registra un comportamiento muy ligero e incluso de desprecio: de la blasfemia a espectáculos desacralizados, del escarnio a publicaciones muy ofensivas con el sentimiento religioso", afirmó el Papa durante el rezo del Ángelus, en la plaza de S...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El Papa denunció ayer la existencia de "publicaciones muy ofensivas" contra el sentimiento religioso. En la misma jornada, Juan Pablo II proclamó dos nuevas santas de la Iglesia Católica: la chilena Teresa de Jesús de los Andes y la francesa Claudine Thevenet.
"El nombre de Dios es santo, exige reverencia y amor, pero por desgracia a menudo se registra un comportamiento muy ligero e incluso de desprecio: de la blasfemia a espectáculos desacralizados, del escarnio a publicaciones muy ofensivas con el sentimiento religioso", afirmó el Papa durante el rezo del Ángelus, en la plaza de San Pedro.Juan Pablo II añadió que el derecho a la libertad de conciencia, de opinión y de expresión no está reñido con el tratamiento de "deferencia y consideración" que se merecen millones de creyentes. "Ofendiendo sólo a Dios no se comete sólo una grave culpa moral, sino que se viola también el precioso derecho de la persona al respeto de sus propias convicciones religiosas", añadió.
También ayer, en una solemne ceremonia, el Papa canonizó a la beata chilena Teresa de Jesús de los Andes y a la beata francesa Claudine Thevenet, fundadora de la congregación de religiosas de Jesús María.
La primera santa chilena nació en 1900, en Santiago de Chile, de familia acomodada, y murió en su convento de los Andes, con 19 años, y tras sólo nueve meses de vida contemplativa en las Carmelitas Descalzas.
Claudine Thevenet vivió los años de la Revolución Francesa. El testimonio de la ejecución de dos de sus hermanos, muertos por represalias tras la caída de Lyon, en enero de 1794, marcó su vida espiritual y se consagró desde entonces a atender las miserias humanas. En su homilía, el Papa destacó el modelo de espiritualidad que encarnan las dos nuevas santas.