Cartas al director

La impunidad de Renfe

El día 31 de enero de 1993, Renfe, compañía estatal que presta un servicio público y cuyo déficit pagamos entre todos los contribuyentes, no sólo procedió a modificar el servicio de ferrocarril para reducir costes, lo cual fue profusamente anunciado, sino que, de forma repentina y sin previo aviso, realizó un cambio de tarifas (eufemismo que encubre un aumento de precios) que repercutió en los usuarios de los trenes regionales expreso, que son unos de los pocos que valen la pena dentro del penoso panorama que ofrece el transporte ferroviario de Renfe en Galicia.Este cambio de tarifas, c...

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El día 31 de enero de 1993, Renfe, compañía estatal que presta un servicio público y cuyo déficit pagamos entre todos los contribuyentes, no sólo procedió a modificar el servicio de ferrocarril para reducir costes, lo cual fue profusamente anunciado, sino que, de forma repentina y sin previo aviso, realizó un cambio de tarifas (eufemismo que encubre un aumento de precios) que repercutió en los usuarios de los trenes regionales expreso, que son unos de los pocos que valen la pena dentro del penoso panorama que ofrece el transporte ferroviario de Renfe en Galicia.Este cambio de tarifas, cuyo precedente se remonta a más de tres años, ha supuesto una elevación de tan sólo el 18% en el precio del billete individual (10 veces más que el incremento de las retribuciones propuesto por el Gobierno). La medida resulta impopular y desmedida, en nuestro caso más aún cuando la línea La Coruña-Vigo resulta ser una de las más rentables de Renfe en toda España. Esta actuación de Renfe y del Gobierno español siembra la más terrible impotencia entre los usuarios y promueve el descontento social generalizado. Es semejante al despropósito realizado en los abonos mensuales de transporte, que han incrementado un 14% su precio cuando no se mejora el servicio ofrecido y cuando los restantes trenes que no son regionales expreso no han variado; y Renfe intenta restringir el acceso a los abonos mensuales a los regionales expreso. Creemos que sobran los juicios y las palabras.

Para finalizar, sólo nos queda clamar en el desierto, reivindicando la dotación de infraestructuras dignas en Galicia (doble vía, electrificación de la red), la consecución de materiales de calidad referenciada y no los desechos del ferrocarril español que circulan por nuestras vías.-

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